Metalocloro. Así se llama el compuesto químico que trae de cabeza a los pueblos salmantinos que, sobre todo, captan su agua potable de ríos y pantanos de la provincia de Salamanca, aunque también se ha dado el caso en algún sondeo. Este herbicida dejó sin agua potable a más de un centenar de municipios el verano pasado y localidades como Cantalpino han estado casi un año sin poder utilizar el agua del grifo para el consumo humano. Un problema que ya empieza a dar guerra este verano y podría repetirse ya que las medidas correctoras siguen sin estar operativas en las mancomunidades de municipios afectadas el verano pasado.
Un ejemplo es Villoruela, que lleva varias semanas con restricciones en el agua de consumo por su presencia en su red de abastecimiento y hace tan solo unos días Ledesma también ha detectado contaminación en su captación del río Tormes. Ante esta situación y debido a los problemas del año pasado, la Mancomunidad de Ledesma ha encargado también análisis en la captación de Valverdón y en este momento, esperan los resultados. La captación de Valverdón abastece a más de una quincena de municipios de la margen derecha del Tormes y ya el verano pasado, tras la prohibición de no consumir el agua del grifo, tuvieron que recurrir a los antiguos sondeos municipales o a cisternas.
Estos municipios junto los de la mancomunidad Cabeza de Horno (Ahigal de Villarino, Brincones, Doñinos de Ledesma, Encina de San Silvestre, Espadaña, Gejuelo del Barro, Iruelos, El Manzano, Monleras, Peralejos de Abajo, Peralejos de Arriba, Puertas, Sando, Santa María de Sando, Sardón de los Frailes, Tremedal de Tormes, Villar de Peralonso, Villarmuerto, Villasdardo, Villaseco de los Gamitos, Villaseco de los Reyes y Vitigudino) pasaron un verano infernal sin agua potable el año pasado, justo cuando más vecinos visitan estas localidades y más necesitaban el agua. También tuvieron problemas pueblos como Macotera o Encinas de Abajo.
De momento, Villoruela y Ledesma están afectadas por la aparición de este pesticida en el agua, aunque la Diputación de Salamanca en el mes de de julio también ha tenido que suministrar agua a otros municipios por problemas de potabilidad. Es el caso de La Maya, que lleva todo el mes de junio recibiendo cisternas. También ha tenido dificultades Galindo y Perahuy, La Rad, Quejigal y la urbanización La Valmuza.
El resto de las cisternas que ha llevado la Diputación de Salamanca durante el mes de julio a los pueblos han sido por averías en los sistemas de abastecimiento de agua, siendo Trabanca el municipio que más agua ha necesitado. En total, la Salina ha repartido algo más de un millón de litros de agua.
Esperando la instalación de filtros
En diciembre de 2023 la Diputación de Salamanca se comprometió a colaborar en la solución al problema de la potabilidad del agua en las mancomunidades de Cabeza de Horno y Ledesma. El objetivo financiar con 400.000 euros la instalación de filtros en las potabilizadoras que eliminen los contaminantes en el agua potable. Sin embargo, las obras todavía no se han ejecutado. El contrato ya está adjudicado, pero las obras todavía no han comenzado, según la Diputación de Salamanca. Los filtros se instalarán en la fase final del tratamiento de tal forma que, una vez eliminado los contaminantes principales, se produzca un tratamiento final de afino para que el agua filtrada cumpla los parámetros exigidos en la normativa vigente de agua de consumo humano.
El fin del metolacloro
Pero ¿qué es el metolacloro y por qué contamina el agua que bebemos? Esta sustancia es un compuesto orgánico que se utiliza ampliamente como herbicida. Se utiliza para el control de malezas de hoja ancha y gramíneas en maíz, girasol, avena, maíz, patata o remolacha. También se utiliza en combinación con otros herbicidas. Su presencia en las aguas, tanto superficiales como subterráneas se debe a la utilización de fitosanitarios en la agricultura. La modificación de los criterios sanitarios de calidad del agua de consumo humano se endurecieron hace un par de años debido a un cambio normativo impulsado desde Europa y adaptado a la normativa español. Esta bajada del umbral de alerta por contaminación, tres veces más bajo que la normativa anterior, ha provocado que hay más alertas sanitarias por contaminación de agua.
El abuso de herbicidas, la mala praxis y la contaminación y el consiguiente peligro para las personas si lo consumen ha hecho que la Unión Europea prohíba su uso en agricultura. El pasado mes de diciembre la Comisión Europea publicó un reglamento de ejecución confirmando que no se renovará la autorización del S-metolacloro y que incluso debe retirarse antes de lo previsto. En un dictamen publicado en febrero, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) propuso que no se reautorizara este herbicida debido a las preocupaciones por su impacto en el medio ambiente (contaminación de aguas subterráneas, riesgo para los mamíferos vermívoros). Esto podría suponer que sea una sustancia prohibida antes de que finalice el año.