Generar energía de fuentes renovables y que los vecinos se puedan beneficiar de ella es uno de los principales objetivos que mueve a los muchos ayuntamientos de la provincia de Salamanca que han optado por crear una comunidad energética. Valdelacasa y Buenavista fueron los primeros pueblos que apostaron por este sistema que aboga por la sostenibilidad. Pero la lista es larga, localidades como Cabrillas, San Muñoz, Terradillos, Pelabravo, Torresmenudas, San Miguel de Valero, Linares, Ledrada o Babilafuente se han sumado a una “moda” que permitirá que sus vecinos se beneficien colectivamente de las instalaciones de energía renovable.
La mayoría de los municipios han optado por utilizar el sistema de cooperativas mixtas de usuarios y consumidores. Una de las ventajas que ofrece este sistema es que los vecinos pueden acceder de forma voluntaria al mismo y darse de baja en el momento que crean oportuno, asegura María Teresa García, alcaldesa de Pelabravo. En el caso de este municipio, el Ayuntamiento plantea la instalación de placas en los edificios públicos tanto de Pelabravo como de Nuevo Naharros. “Nos parece una iniciativa positiva porque permite que los vecinos ahorren en la factura de la luz”. El proyecto está en espera para que se inicie la licitación y la alcaldesa reconoce que “hay mucho interés, hemos recibido diversas ofertas para su gestión”.
Otro municipio que ha implementado este proyecto es Buenavista, que ya cuenta con una instalación de placas solares en el municipio, aunque el proyecto todavía no está en funcionamiento. Según su alcalde, Pedro Agustín Martín, el proyecto ha supuesto un revulsivo entre los vecinos. De hecho, pertenecen a la comunidad energética un centenar de ellos, con una cuota de tan solo 2 euros. El Ayuntamiento tiene instaladas las placas en dos ubicaciones para dar servicio tanto a la urbanización Cuatro Calzadas, que registra el mayor número de vecinos y el casco antiguo del pueblo. Así, se han ubicado en la piscina para dar servicio a los vecinos y en el depósito para atender a la urbanización, ya que solo pueden engancharse a esta red los que estén en un radio de dos kilómetros. Todo está listo, solo esperan a que Iberdrola les conecte, algo que esperan que ocurra en el próximo mes.
“Los vecinos me llaman todos los días, están esperando para poder conectarse”, asegura el alcalde que espera que el proyecto permita que los vecinos ahorren en la factura de la luz ya que las placas solares les suministrarán energía durante el día. Si sobra, esta se puede devolver a la red.
Estas cooperativas permiten que los integrantes se beneficien de la energía que generan las placas solares o sistemas de energía renovable que se incorporen. Así, se instalan las placas fotovoltaicas que pueden abastecer a vecinos, pymes del pueblo y también dar servicio a los edificios municipales. Además, ofrece otras opciones además del consumo directo ya que puede ampliar la potencia, almacenar energía y el sobrante se repercute en la red con el consiguiente beneficio económico que supone.
Según el IDAE, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, las comunidades energéticas permiten el “aprovechamiento de la capacidad de generación eléctrica o térmica, una mejora de la eficiencia energética o un desarrollo de sistemas de movilidad sostenible, con potencial para un desarrollo de la gestión de la demanda en futuro”. Los integrantes de las comunidades energéticas tienen además otros beneficios ya que pueden basarse en el autoconsumo o bien vender energía, por lo que se utilizan también para luchar contra la pobreza energética. Además, evitan la dependencia de las grandes compañías eléctricas y pueden fomentar el empleo local. Todo ello sin olvidar el beneficio medioambiental que tiene el uso de energías renovables.
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