Hace más de 50 años que los municipios de Salamanca quedaron huérfanos de este oficio. Lejos quedan ya los tiempos donde los veranos salmantinos se pasaban al sol trillando con una pareja de mulos o burros. Un pasado que recuerda con nostalgia Salus, fraile dominico en la Peña de Francia, hijo de Monsagro.
Este municipio integrado en la comarca de Ciudad Rodrigo es el lugar donde nació este fraile, que recuerda que “de joven trillé muchas veces”, explicando que “aunque marché pronto a estudiar a Pamplona, en verano, cuando regresaba a Monsagro, me integraba en estas labores mientras cantaba”. Salus reconoce que siempre le ha gustado mucho cantar, y que, de hecho, un vecino del pueblo le decía que cantara porque le gustaba mucho su voz y él se negaba explicándole que “yo solo canto mientras trillo”.
Con la finalidad de rememorar tiempos añejos, donde las faenas del campo eran una labor compartida por los integrantes de los pueblos, el municipio de Monsagro homenajea desde hace más de una década este glorioso y rico pasado, donde la finalidad según manifiesta este fraile dominico “es regresar lo que fue la vida del pueblo y ayudar a que los que van viniendo a la vida puedan entender lo que era el pueblo antaño, que se autoabastecía de todo con las faenas del campo, donde se recogían todo tipo de frutos y donde en la época de verano, una vez segada la cosecha se extendía la parva y había que trillar, tratando que la espiga se fuera deshaciendo y se pudiera ir separando la paja del grano”.
Con esta jornada de trilla tradicional que se va a celebrar este sábado, 10 de agosto, a las 11:00 horas, se va a “retroceder en el tiempo” para que, como bien explica Salus, la gente conozca cómo eran estas faenas de campo: “Son muchas las personas que vienen al pueblo y que desconocen estas labores que antes se hacían diariamente en el pueblo, sobre todo la gente joven”. Es por eso por lo que dice que esta jornada es “una forma de rememorar otros tiempos”.
Unos tiempos que relata “eran duros, pero también muy agradables, porque eran trabajos que se hacían en todas las eras, que ahora están vacías, y era bonito ver a todo el pueblo integrado en esa labor, donde unos estaban trillando, otros extendiendo la parva y otros llevándole la merienda a los jornaleros”.
En el programa festivo de este sábado, Salus adelanta que “normalmente se hace una exhibición donde se recuerda lo que es la trilla real, no es algo ficticio que se haga con la famosa IA”. Explica, igualmente, que “hay mucha gente joven que se disfraza de época, y después de la trilla se celebra una comida compartida con la gente del pueblo, una parrillada popular, donde hay también juegos para los niños”.
La exhibición de la trilla tendrá lugar en las eras, donde se realizaba antiguamente también este trabajo: “Las eras son un espacio especial, son tierras antiguas que se conservan siempre bien. Eran los terrenos adecuados para realizar esta labor veraniega y, por tanto, es allí donde se representa”.
Este trabajo “duro” que “desgata mucho” era realizado por la gente joven. Un trabajo para el que no todo el mundo estaba capacitado y para el que “no había que ser una persona forzuda”. Salus que pasó muchos de sus años trillando, relata que la principal característica que debe de tener un buen trillador es “mucha paciencia”. Añade que “hay que aguantar muchas horas expuesto a las altas temperaturas encima de un trillo mientras la paja se va cortando, porque es un método muy primario y duro, que, aunque de vez en cuando te sustituían para estirar las piernas, comer o beber algo, había que pasar muchas horas de pie tirando del ramal de la pareja de burros que arrastraba el trillo”.
Respecto a los animales destinados a realizar esta labor, añade que “eran principalmente burros o mulos porque en aquella época apenas había caballos” y los que había, matiza que “eran un bien de lujo”. Estos animales que además “no necesitaban de una doma especifica”, cuenta que “eran caballerías que se usaban durante todo el año para cargar con remolachas, nabos y otros productos, por lo que estaban habituadas al trabajo”.
Finalmente, Salus, que invita a venir a todo el mundo a conocer esta labor a Monsagro, advierte que será, “un día muy completo, donde por la mañana se rememorarán tiempos pasados y después se participará en una jornada de confraternización”.
También expresa que “es interesante ver que la vida ha cambiado mucho en el pueblo, ya no se siembra trigo, en el pueblo solo se siembran ya cosas de huerta. Entonces, todo lo que se hacía antes, los trabajos del campo con los que se autoabastecía el pueblo han desaparecido, y por eso es tan grande e importante esta celebración. Es una forma de que los que todavía estamos en la tierra, aunque con bastantes años ya, podamos contar a la gente cómo se vivía. Aquellos tiempos eran de confraternización al ver a todo el mundo trillando, algo que ahora se ha ido perdiendo. Ahora cada uno está en su casa, se mira mucho la televisión o el WhatsApp, y el carácter convivencial de los pueblos se ha ido suavizando, lo que lleva también a una cierta soledad en muchas personas”.