Dada la trascendencia que la XX Feria de Teatro de Castilla y León tiene para Salamanca, el presidente de la Diputación salmantina, Javier Iglesias, destacó que la cita es “el acontecimiento cultural de toda la provincia a excepción de la capital por su relevancia, sustancia, implantación, recorrido y futuro”.
A juicio del máximo responsable de la institución provincial que, como alcalde, fue testigo directo del nacimiento de la Feria, “no se puede entender Ciudad Rodrigo sin ella; es un matrimonio muy bien avenido que ha funcionado fenomenal”. “Después de 20 hermosos años en los que la Feria ha compartido pasión con mirobrigenses y visitantes, el balance es muy positivo”, remarcó dado que todos, añadió, “somos cómplices de una cita magnífica al servicio del teatro, un arte maravilloso y efímero”.
Buen balance
Para Javier Iglesias el balance es “extraordinario” desde el punto de vista económico. La Feria, apuntó, es el ejemplo de cómo la cultura puede transformar un territorio y convivir con las personas dado que la cultura, matizó, “es un gran vehículo de creación de riqueza y oportunidades y la Feria es un gran ejemplo”.
Iglesias no se olvida al celebrarse el vigésimo aniversario del alma mater del evento, la fallecida Rosa García Cano, primera directora e impulsora del certamen considerado ya la gran cita teatral del oeste español. Su sucesor al frente de la Feria, Manuel González, destaca en este 2017 el tono social y comprometido de las representaciones, que se atreverán con asuntos tan delicados como la pederastia o el acoso escolar y bucearán en aspectos de permanente actualidad, caso de la igualdad de género, la corrupción o soledad de los mayores.
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