Los cines de los municipios salmantinos sobreviven a duras penas: "Estamos subsistiendo como podemos, es una lucha constante"

Los dueños y gerentes de las salas de Peñaranda, Ciudad Rodrigo, Béjar y Guijuelo se lamentan del descenso de espectadores y temen verse obligados a cerrar

Cine Juventud, Ciudad Rodrigo
Cine Juventud, Ciudad Rodrigo

Ocupar la butaca de una sala de cine significa conectar con personajes ficticios, acompañarlos en sus vivencias, ser testigo de múltiples aventuras, liberar emociones... de la alegría a la tristeza, pasando por el miedo o la sorpresa. Todo depende de la película elegida. A muchos cinéfilos les apasiona experimentar esas sensaciones frente a una pantalla grande, pero lo cierto es que cada vez son menos los que prefieren pagar una entrada a quedarse en casa y elegir un film del catálogo de plataformas como Netflix o Amazon Prime. El descenso de espectadores es aún más acuciante si cabe en los cines de aquellos municipios salmantinos en los que sigue siendo posible disfrutar del séptimo arte en mayúsculas: Peñaranda de Bracamonte, Béjar, Ciudad Rodrigo y Guijuelo. Los cuatro sobreviven pese a las dificultades, quizá porque siguen la premisa que Alfredo le decía a Totó en ‘Cinema Paradiso’: “Hagas lo que hagas, ámalo", y compromiso y ganas de continuar no les faltan. 

El Teatro Cine Calderón de Peñaranda y su encanto especial

Teatro Calderón de Peñaranda | FOTO LAS CABAÑAS
Teatro Calderón de Peñaranda | FOTO LAS CABAÑAS

La sala de cine de Peñaranda de Bracamonte posee un encanto especial al estar integrada en un edificio histórico, el Teatro Calderón, que data del año 1891. “Tiene una sonoridad impresionante, porque en aquella época no había micrófonos y los actores debían escucharse desde cualquier asiento”, mantiene Joaquín Fuentes, gerente de Proyecfilm Cines. Quien acuda al lugar podrá asombrarse igualmente por su belleza y rememorar el pasado, cuando las películas eran proyectadas en teatros y no en grandes salas.

Pese a su particular encanto, el Teatro Cine Calderón de Peñaranda resulta difícil de mantener abierto: “Tenemos que hacer malabarismos con las cuentas, pero, por suerte, contamos con la colaboración del Ayuntamiento, que nos cede el local y no tenemos que pagar la luz ni una serie de impuestos”. El principal problema reside, entonces, en el cada vez menor número de espectadores: “Empezamos con 22.000 y ahora nos llegamos ni a 8.000. La población de la de la comarca se ha reducido mucho. Diría que en un 60-70%”, añade Joaquín, para el que “tener un cine en un municipio de 6.000 habitantes es un lujo”.

La situación llegó a ser insostenible para el Teatro Cine Calderón, que se vio obligado a cerrar sus puertas el pasado agosto. Pasaron los meses de septiembre y octubre y, por suerte, la sala pudo reabrir: “Los vecinos nos apoyaron. Proyectamos ‘Los renglones torcidos de Dios’ y vinieron muchos espectadores”. No fue más que un espejismo, ya que la afluencia volvió a descender. “Con ‘Avatar: El sentido del agua’ las expectativas se han cubierto en un 40%. Han venido 244 personas y esperábamos 500, por lo que ha sido una pequeña decepción. Si no tenemos público, las distribuidoras empezarán a darnos las películas más tarde y la gente se irá a verlas a Salamanca o a alguna plataforma. El futuro es muy incierto”, se lamenta el gerente de Proyecfilm.

Tradición familiar y nostalgia en el Cine Juventud (Ciudad Rodrigo)

Cine Juventud, Ciudad Rodrigo
Cine Juventud, Ciudad Rodrigo 

Años antes de que Joaquín Fuentes se hiciera cargo del cine de Peñaranda, cogió las riendas del de Ciudad Rodrigo junto a su hermano. Corrían los años 80 y su sobrino y actual encargado, José Manuel Fuentes, daba sus primeros pasos en la sala. “Cuando tenía uno o dos años, mi madre me cogía, me sentaba en la última fila y me daba de cenar viendo la película que se proyectase en ese momento. Veía todas, daba igual que fueran de adultos o de niños. Y, cuando ella estaba trabajando en la taquilla, me tenía en la cuna a su lado”, rememora.

De aquella época, queda poco más que el recuerdo. "Desde los 80, el número de espectadores ha bajado muchísimo. En el pase de los domingos a las 20:00 horas, la cola daba prácticamente la vuelta a la calle y era habitual ver la sala llena. Hoy en día, es muy complicado. La gente tenía muchas ganas de venir al cine y eso se ha perdido un poco. Era capaz de esperar los tres o cuatro meses que tardaban en venir las películas tras su estreno", afirma José Manuel. Las causas de ese descenso los achaca a tres factores: la pérdida del hábito tras la pandemia, que el cine haya dejado de ser la primera opción de ocio y la irrupción de las plataformas de streaming.

"Nos cuesta llegar a final de mes y eso que tenemos unos gastos mensuales ridículos, entre comillas, pero hay un 60% menos de espectadores respecto a 2019, el último año prepandemia", señala. Y aunque las ganancias casi igualan a las pérdidas y la situación sea difícil, el encargado de Cine Juventud, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, tiene muy claro que no quieren irse: "Es nuestra casa. Yo me he criado allí. Aquí continuamos e intentaremos seguir haciéndolo". Habla de él mismo, pero también de sus fieles empleados y compañeros, Miguel e Ismael. 

Multicines Béjar, el más antiguo y amplio

Multicines Béjar se inauguró en 1974. Desde hace 35 años, Félix Nieto Gregorio y su familia se hicieron cargo del cine, que, con el paso de los años, fue ampliándose hasta contar con cuatro salas totalmente equipadas, 3D incluido. "Tenemos variedad, pero nos gusta apostar por el cine español y el comprometido", mantiene su dueño, sin olvidarse de las producciones más esperadas por los espectadores: "Con 'Avatar: El sentido del agua" está viniendo más gente, aunque no llega al nivel de la primera película".

A pesar de ubicarse en el tercer municipio más poblado de Salamanca, Multicines Béjar se enfrenta a los mismos problemas que los anteriores: "Somos una empresa familiar y estamos subsistiendo como podemos, es una lucha constante. Abrir las puertas del cine conlleva unos gastos horrorosos, los de luz casi se han triplicado y aquí todo funciona con ella. Empleados también tenemos los justos", reconoce Félix Nieto, al frente igualmente del cine de Guijuelo, donde sí reciben ayudas del Ayuntamiento. 

"Antes de la pandemia había bajado el número de espectadores, después parecía que volvía a subir, pero estamos otra vez en unas cifras de pena", se lamenta al tiempo que recuerda tiempos mejores: "Hace unos 20 años se preparaban unas colas impresionantes y con películas como 'Titanic' estábamos meses funcionando fenomenal". Hoy en día, las más exitosas aguantan un mes entero, mientras que otras no pasan de la semana. También se hecha en falta al público más joven en las salas: "Los niños de entre 8 y 16 años no pisan el cine. El móvil ha hecho más daño que internet, porque no son capaces de estar sentados dos horas sin mirarlo", concluye. 

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