Casi la mitad de los incendios forestales que se han registrado este año en Salamanca han sido intencionados. Concretamente, la causa de origen del 44,6 por ciento de los fuegos que se han dado en zonas no urbanas de la provincia del 1 de enero al 30 de septiembre de 2024 ha tenido esta causalidad. Así lo recogen los datos registrados en el avance provisional de incendios forestales de Castilla y León del Plan de Protección Civil ante Emergencias por Incendios Forestales en Castilla y León.
Durante los primeros nueve meses del año, en Salamanca se han registrado un total de 94 incendios de los que 42 han sido intencionados, 25 accidentales, 13 por negligencias, 6 por rayos y otros 6 por causa desconocida. Así lo han determinado los profesionales del servicio de investigación de incendios que estudian las zonas quemadas para determinar el origen de cada uno de los fuegos que se registran. Un trabajo minucioso que, tras analizar las muestras que quedan en el terreno, les permite conocer el origen de los incendios y establecer la trayectoria de cada incendio, tal y como se puede ver aquí.
Estas cifras dejan a la provincia de Salamanca en término medio en lo que a cantidad de incendios ya que es la quinta en número de fuegos en una campaña que ha sido relativamente tranquila. La provincia que más incendios ha registrado ha sido León con 181, seguida de Burgos con 111, Ávila con 98, Palencia con 96, Salamanca con 94, Segovia ha registrado 67, Zamora 59, Valladolid 48 y, por último, Soria 46 fuegos. En total, en Castilla y León se han registrado 800 incendios. El 11,75 por ciento de ellos han ocurrido dentro de los límites de la provincia salmantina.
De hecho, hasta la fecha han ardido un total de 137,25 hectáreas en Salamanca, la mayoría en zonas de pastos. Las cifras del INFOCAL determinan que 112 hectáreas, el 82 por ciento del total, han sido pastos, mientras que superficie arbolada solamente se han quemado 16,17 hectáreas y 8,5 son de monte bajo. El año pasado fueron 174 durante todo el año y el anterior, el 2022 que fue un año negro en materia de incendios forestales, ardieron 10.530 hectáreas.
El fin de la temporada de riesgo alto es el paso previo a la reducción del operativo contra incendios. En quince días se reducirá el número de efectivos, tanto en las bases helitransportadas, como en las cuadrillas autobombas o las vigilancias en las torres.
Cabe recordar que, aunque ha concluido la época de peligro alto, sigue habiendo actividades que están prohibidas en el monte y en la franja de 400 metros que lo rodea. Es el caso de la quema de rastrojos, la quema de matorral, de pastos, de restos agrícolas o forestales, de otros restos de vegetación, el carboneo y la destilación con equipos portátiles; el lanzamiento de cohetes, globos o artefactos de cualquier clase que contengan fuego, encender fuego en las áreas de descanso de la red de carreteras, hacer hogueras y fogatas, tirar fósforos, colillas o cualquier material en ignición al suelo. No se pueden quemar basureros, vertederos y residuos al aire libre ni arroja fuera de los contenedores de basura, desechos o residuos que con el tiempo puedan resultar combustibles.
Este año el operativo en Salamanca se ha visto reforzado. Por segundo año consecutivo la provincia contó con una Unidad de Brigada y Autobomba y con 21 cámaras de videovigilancia. Se ha mejorado la red de comunicaciones, con la modernización de equipos de radiocomunicaciones a través de la aplicación móvil de Android y la conectividad de los centros de mando. En cuanto a los medios aéreos se ha contado con los tres helicópteros en El Maíllo, El Bodón y Guadramiro. También ha destacado la mejora en la comunicación con la puesta en marcha de la web INFORCIL, que ha ofrecido toda la información sobre incendios forestales en tiempo real como medios que actúan, terreno y localización sobre un mapa.