Durante más de 60 años, Pedro Calama fue el sacerdote de El Cerro. Allí llegó con 30 años, en 1958, y fue testigo directo de la despoblación, en un municipio que pasó de 1.200 a 300 habitantes.
En El Cerro le organizaron varios homenajes por su dedicación pastoral, el último de ellos cuando se trasladó a la residencia diocesana de Salamanca. Pedro Calama ha fallecido este sábado a los 96 años de edad, después de una vida de vocación y servicio a los demás. Natural de La Alberca, donde nació el 29 de octubre de 1928, se formó en el seminario Coria, en Cáceres, donde se ordenó el 12 de junio de 1954.
Antes de incardinarse en la Diócesis de Salamanca, en 1958, tras su ordenación fue párroco de Ladrillar, El Cabezo y Riomalo de Arriba, en Cáceres. Hasta que fue destinado a El Cerro. En esa zona de la Sierra también fue responsable de las parroquias de Montemayor del Río, Lagunilla y Vadelageve.
La capilla ardiente se ha instalado en la sala Jovellanos de la Casa de la Iglesia, y el funeral se celebrará este domingo, 22 de diciembre, a las 17:00 horas, en la parroquia de San Nicolás de Bari de El Cerro.
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