La provincia de Salamanca ha vuelto a mirar reiteradamente al Campo Charro durante 2017. En concreto, a los municipios de Retortillo y Villavieja de Yeltes y otros colindantes. El 'Proyecto Salamanca' de Berkeley Minera que anuncia la apertura de una mina de extracción de uranio en terrenos de ambas localidades mantiene en pie de guerra a la zona y continúa ahondando en la fractura social entre sus vecinos, divididos entre defensores y detractores. Quienes desean obtener o conservar un empleo en la minera y quienes auguran catastróficas consecuencias en el futuro.
Lo cierto es que la empresa ya ha talado árboles en la zona y ha iniciado las actuaciones para concretar una apertura que no acaba de llegar. Algunos de los permisos ya han sido concedidos, aunque otros están judicializados. Por ejemplo, la Declaración de Impacto Ambiental que la Junta de Castilla y León dio por buena ha sido recurrida por los organismos que más beligerantes se han mostrado contra el desarrollo del proyecto, Equo, Ecologistas en Acción y las plataformas surgidas para tal fin, como Stop Uranio o Salamanca Antinuclear.
Por otro lado, el año en la administración que rige los designios de los habitantes de la provincia, la Diputación Provincial de Salamanca, ha estado marcado por las buenas noticias en materia económica. Tal y como anunció su presidente, Javier Iglesias, la gestión de la vicepresidenta y diputada de Economía, Chabela de la Torre, ha permitido reducir a cero la histórica deuda de la institución provincial.
De hecho, La Salina acaba de aprobar unos presupuestos de récord que superan los 104 millones de euros para el ejercicio 2018. Un documento que prevé el aumento de la inversión en los planes provinciales, el plan de apoyo a municipios y que permite alcanzar hitos como la reducción a cero de la lista de espera del programa de ayuda a domicilio.
En la Comarca de Salamanca, el año comenzó con la anexión de Mozodiel de Sanchíñigo a Villamayor, segregándose de Castellanos de Villiquera, municipio al que siempre perteneció como entidad menor. El Boletín Oficial de la Provincia publicaba el 30 de enero una resolución que puso fin a un proceso de casi dos años que se hacía eco de una petición vecinal.
Entonces, Miguel Ángel Ávila, el alcalde de Mozodiel, trató el asunto como una noticia “histórica” al lograr segregar un municipio y anexionarse a otro “con el visto bueno de todas las partes”. Ávila declaró que “el destino de Mozodiel cambia para siempre”. Del mismo modo, que agradeció el papel “del pueblo hermano que siempre ha sido Castellanos de Villiquera”.
Además, el Ayuntamiento de Macotera arrancó el año cambiando de regidor municipal. Francisco Blázquez, cabeza de lista de la Agrupación de Electores Vecinos por Macotera y exalcalde de la localidad con el PP entre 2011 y 2013 accedió a la alcaldía tras presentar una moción de censura junto al Partido Socialista. El popular Jacinto García, que gobernaba en minoría, cedió el bastón de mando terminando de esta forma con tres décadas de gobiernos del PP, que gobernaba desde que en 1987 una alianza con el CDS le permitiera desbancar al PSOE, la lista más votada entonces.
Sin embargo, una de las ocasiones en las que la provincia salmantina ha saltado durante 2017 a la primera plana de la prensa nacional ha sido en el mes de mayo cuando el alcalde de Águeda, Germán Florindo, ante la posibilidad de que hubiera que trasladar a otro lugar los restos de Francisco Franco que yacen en el Valle de los Caídos, ofreció su municipio para albergar no solo esa delicada parte de la historia sino todos aquellos símbolos del franquismo que se han retirado de toda España en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica
Lo que para el primer edil fue una original forma de dar a conocer su pueblo, una localidad construida a instancias de quien estuvo al frente del país durante casi 40 años, terminó por convertirse en una delicada patata caliente que, al mismo tiempo que le hacía ganar presencia mediática, minó la confianza del Partido Socialista al que pertenecía y del que terminó por marcharse voluntariamente.
No en vano, la Ley de Memoria Histórica ha estado muy presente también en la actualidad de la provincia salmantina. El senador de la formación política valenciana, Carles Mulet, ha continuado con su 'cruzada' para modificar los callejeros de cuantos municipios en toda España conservan en sus calles, avenidas, travesías o plazas los nombres de personajes históricos relacionados con la Guerra Civil o la posterior dictadura franquista. De hecho, decenas de localidades salmantinas han cambiado el nombre de alguna de sus calles en respuesta a sus requerimientos.
Finalmente, sorprendente fue la condena el pasado mes de febrero, en el capítulo judicial y casi anecdótico, de un hombre de iniciales J.B.C. por una 'peineta' a la Virgen de Valdejimena. Los hechos se remontaban al 16 de agosto de 2015, cuando el condenado profirió un gesto con el dedo corazón de su mano estirado hacia el altar durante la misa en la romería de Horcajo Medianero. La acusación se circunscribía a un delito contra los sentimientos religiosos, aunque hubo un cambio en la calificación, ya que declaró que el gesto no iba dirigido hacia la Virgen de Valdejimena, sino hacia el cura. Finalmente, la 'broma' le costó 180 euros.
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