El relicario del brazo de Santa Teresa ha recuperado todo el brillo y espectacularidad original tras la restauración llevada a cabo por los carmelitas dentro del proyecto de estudio del sepulcro de la santa. Es un paso más en la restauración de las piezas que han guardado las reliquias y el cuerpo de Teresa de Jesús y ya solo queda por recuperar el relicario del corazón, algo que se llevará a cabo en las próximas semanas en Toledo.

El artífice ha sido el padre carmelita Ricardo Plaza, quien también se ha encargado de la limpieza y restauración de la urna de plata que guarda los restos de la Santa y que este viernes por la tarde volverá a Alba de Tormes.
El trabajo con el relicario ha permitido limpiar bien la pieza, de plata y cristal de roca tallado. Se trata de una pieza orfebre de inspiración barroca que tiene forma cruciforme y cuenta la presencia de palomas bicéfalas y una inscripción que prohíbe extraer reliquias, añadida posiblemente en el siglo XIX. Su diseño, con detalles en plata y cabezas de ángeles talladas en cristal, sugiere que fue fabricado en un taller de la Corte a mediados del siglo XVII.

El brazo fue seccionado del cuerpo de la Santa en 1585, diez años después de su muerte y enviado a Alba de Tormes como reliquia desde el convento de San José, en Ávila, donde se habían trasladado los restos de la Santa. Finalmente, Sixto V decretó en 1589 que el cuerpo de Teresa de Jesús debía volver a su ubicación original.





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