28 de agosto de 1914. Tras celebrar el triduo con motivo de las Fiestas de la Transverberación en Alba de Tormes los vecinos se “amotinan” en la plaza de las madres Carmelitas. El padre Salvador, en su sermón, ha admitido que se ha abierto el sepulcro de Santa Teresa tras días de rumores por el pueblo sobre esta posibilidad y han orado ante los restos. La gente de Alba, temiendo que los rumores sobre el posible traslado de los restos de Santa Teresa sean ciertos, se amotina “protestando de que esto se hubiera hecho sin que el pueblo se hubiera enterado y pidiendo que se exhiban los restos de la Santa”. Así lo recoge la crónica publicada el 29 de agosto en el diario El Adelanto de Salamanca.
“El escándalo duró bastante tiempo, hasta las once de la noche, en que los concejales, juez de instrucción, párroco y otras personalidades les hablaron y convencieron. Sin embargo, durante toda la noche no ha faltado público vigilando los conventos”, continúa el diario.
Fue la última vez que se abrió el sepulcro antes de hoy. Anteriormente se había hecho esto en 1750. El diario reconoce que “para calmar la excitación del público y la falsedad de los rumores que circulaban respecto a la traslación a otra ciudad” los restos mortales de Santa Teresa se han abierto y expuesto “a la veneración de los fieles, hasta las cuatro de la tarde, desfilando por la iglesia millares de personas con gran devoción y recogimiento”. La crónica continúa diciendo que “testigos presenciales afirman que los restos mortales de Santa Teresa hallase en perfecto estado de conservación, y que la cabeza dejaba adivinar las facciones de la Santa, admirándose el pelo muy bien. El pie derecho parece de una persona hace pocas horas. El cuerpo santo hallase cubierto por un paño de brocado, blanco, cubierto de flores y encerrado en magnífica urna de plata repujada, revestida en su interior de terciopelo rojo”.
Un buen estado que desmienten otras crónicas, como la de D. Antonio Álamo Salazar que aseguraba que cuando el sepulcro fue abierto en 1914 el cuerpo estaba muy “lastimado”. De hecho faltaban “el brazo izquierdo y el corazón; la cabeza separada del tronco ( ya en la apertura del 2 de octubre de 1750 tenía la cabeza separada del tronco, bien por haberle llevado el cuello en pedacitos para reliquias, o bien porque no cupiera cómodamente el cuerpo estirado en el arca)”. Faltaban además todas las reliquias del cadáver que están repartidas por el mundo: la tráquea, clavícula derecha, pie derecho, mejilla derecha con algunos dientes, una costilla, dedos enteros, una mano, … Sin embargo, el cronista concluye que “vista esta relación podemos darnos cuenta del estado de mutilación del cuerpo de la Santa; sin embargo, sigue incorrupto todo aquello que se libró del cuchillo o la tijera". La crónica, recogida por “Alba de Tormes en la Historia” está junto a otra del periodista albense José Sánchez Rojas que estuvo presente ese 28 de agosto de 1914.
Asegura el escritor que “Yo le vi a través de la reja del coro bajo que hay a la izquierda del presbiterio. Había poca luz en la iglesia, me apoderé de unos prismáticos para contemplar a mi sabor los restos de una de las mujeres más simpáticas y atractivas de la tierra”. Continúa diciendo “Yo ví una capa blanca muy hermosa; un trocito de frente; un trocito de lindo pie derecho. Y no ví más, ni quise ver más”.
Ahora, este miércoles, 110 años después la tumba ha vuelto a ser abierta. A primera hora de esta jornada comenzaban los trabajos para conocer el estado actual de las reliquias que se veneran en Alba de Tormes: el cuerpo, el corazón, el brazo y la mano que ha venido desde Ronda.
Hasta el viernes el equipo científico, los orfebres que abrirán y limpiaran los relicarios que las guardan y representantes del clero trabajarán en el estudio de los restos de la santa andariega. Toma de fotos, radiografías de última generación y análisis servirán para determinar el estado de los restos y comprobar si este es el mismo que la última vez que se abrió el sepulcro, en 1914. Con el mínimo personal, tanto en señal de respeto con el cadáver como para facilitar su preservación, se comenzará a trabajar en un proyecto que se inició hace dos años, cuando el prior de Alba de Tormes y Salamanca, Miguel Ángel González, planteó la necesidad de su apertura de nuevo.
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