La Alianza UPA-COAG ha hecho un llamamiento a la sociedad castellano y leonesa este viernes para que no se haga boicot a los productos catalanes, en estas fechas cercanas a la Navidad donde el consumo de productos alimenticios se incrementa. “Nuestra organización reclama sentido común y apartarse de proclamas radicales que no conducen a nada bueno porque actuar de este modo es lo más razonable e inteligente”.
En este sentido, la Alianza UPA-COAG muestra su rechazo a planteamientos que aconsejan descartar la compra de todo lo que provenga de Cataluña porque “simplemente boicotearles a ellos es boicotearnos a nosotros mismos”. Advierten que “el supuesto daño que se pretende hacer a los productos catalanes puede castigar seriamente a los proveedores de algunas marcas emblemáticas que proceden del resto de España. Y los intereses de Castilla y León, con un sector agroalimentario tan fuerte, pueden verse muy afectados porque la caída en ventas de las firmas catalanas provocaría a su vez el descenso en los pedidos de materias primas de aquí”.
La Alianza UPA-COAG recuerda que Cataluña es uno de los principales mercados de destino de un sector tan asentado en la región como es el porcino. Aunque también carne de vacuno y cereal, entre otros. “No tiene sentido alguno realizar acciones de este tipo y por lo tanto la compra de bienes de una zona geográfica determinada en una economía globalizada como la actual en la que no existen productos absolutamente autóctonos de ningún tipo”, sostienen.
De hecho, recuerdan que algunas de las marcas catalanas más reconocidas se abastecen de materias primas que tienen su origen fuera de Cataluña. Por ello, insisten en que “no comprar en el resto de España productos de esa comunidad autónoma perjudica a proveedores de todos los rincones del país y, por tanto, castiga también a Castilla y León, especialmente a nuestro sector agroalimentario”.
Finalmente, la Alianza UPA-COAG recuerda que Cataluña exporta anualmente a Castilla y León bienes valorados en unos 2.000 millones de euros, y vende a los catalanes por valor de 1.300 millones de euros.” A pesar de que nuestra balanza comercial es negativa, lo cierto es que la mayor potencia exportadora que tenemos respecto a esa región es el sector agroalimentario, por lo que dejar de comprar un producto alimenticio elaborado con marca catalana podría estar perjudicando gravemente su origen, es decir, a las explotaciones agrícolas o a las granjas ganaderas de Castilla y León”, concluyen.
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