Las pautas actuales de actividad física que se suelen prescribir aconsejan actividad moderada a vigorosa al menos 150 minutos por semana para la salud, mientras que, en otras ocasiones, la recomendación es caminar 10.000 pasos por día. Ante la duda de qué es mejor y con qué objetivo se obtienen mayores beneficios, investigadores de la Brigham and Women's Hospital, miembro fundador del Mass General Brigham, en Reino Unido, han realizado un estudio que acaba de ser publicado en 'JAMA Medicina Interna'.
La investigación sugiere que tanto los objetivos de ejercicio basados en pasos como en tiempo se asocian de manera equivalente con menores riesgos de muerte prematura y enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, elegir un objetivo de tiempo o de pasos puede no ser tan importante como elegir un objetivo alineado con las preferencias personales.
La actividad física reduce el riesgo de contraer enfermedades crónicas e infecciones y promueve la longevidad. Las pautas actuales de EE.UU, actualizadas por última vez en 2018, recomiendan que los adultos realicen al menos 150 minutos de actividad física de moderada a vigorosa (caminar a paso ligero) o 75 minutos de actividad vigorosa (trotar) por semana.
En ese momento, la mayor parte de la evidencia existente sobre los beneficios para la salud procedía de estudios en los que los participantes informaban sobre su actividad física. Existían pocos datos sobre la relación entre los pasos y la salud. Un avance rápido hasta el presente: dado que los dispositivos portátiles son omnipresentes, el recuento de pasos es ahora una métrica popular entre muchas plataformas de seguimiento del estado físico. ¿Cómo se comparan los objetivos basados en tiempo con los basados en pasos? Los investigadores intentaron responder a esta pregunta.
"Reconocimos que las pautas de actividad física existentes se centran principalmente en la duración y la intensidad de la actividad, pero carecen de recomendaciones basadas en pasos", ha señalado el autor principal Rikuta Hamaya, investigador de la División de Medicina Preventiva de BWH.
"Dado que cada vez más personas utilizan relojes inteligentes para medir sus pasos y su salud general, vimos la importancia de determinar cómo se comparan las mediciones basadas en pasos con los objetivos basados en el tiempo en su asociación con los resultados de salud: ¿es una mejor que la otra?", afirma.
Para este estudio, los investigadores recopilaron datos de 14,399 mujeres que participaron en el Estudio de salud de la mujer y que estaban sanas (libres de enfermedades cardiovasculares y cáncer). Entre 2011 y 2015, se pidió a los participantes de 62 años o más que usaran dispositivos portátiles de grado de investigación durante siete días consecutivos para registrar sus niveles de actividad física, y solo se los quitaron para dormir o realizar actividades relacionadas con el agua.
A lo largo del período de estudio, se administraron cuestionarios anuales para conocer los resultados de salud de interés, en particular, muerte por cualquier causa y enfermedad cardiovascular. Los investigadores hicieron un seguimiento de los participantes hasta finales de 2022.
En el momento del uso del dispositivo, los investigadores encontraron que los participantes realizaban una media de 62 minutos de actividad física de intensidad moderada a vigorosa por semana y acumulaban una media de 5.183 pasos por día. Durante una mediana de seguimiento de 9 años, aproximadamente el 9% de los participantes habían pasado la prueba y aproximadamente el 4% desarrolló una enfermedad cardiovascular.
Los niveles más altos de actividad física (ya sea evaluados como recuento de pasos o tiempo en actividad moderada a vigorosa) se asociaron con grandes reducciones en el riesgo de muerte o enfermedad cardiovascular: la cuarta parte más activa de las mujeres tuvo reducciones de riesgo del 30 al 40% en comparación con las menos. Y los individuos en los tres cuartiles superiores de actividad física sobrevivieron a los del cuartil inferior en un promedio de 2,22 y 2,36 meses respectivamente, según mediciones de tiempo y pasos, a nueve años de seguimiento. Esta ventaja de supervivencia persistió independientemente de las diferencias en el índice de masa corporal (IMC).
Si bien ambas métricas son útiles para representar el estado de salud, Hamaya explica que cada una tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado, es posible que el recuento de pasos no tenga en cuenta las diferencias en los niveles de condición física. Por ejemplo, si una persona de 20 y 80 años caminan durante 30 minutos a intensidad moderada, el número de sus pasos puede diferir significativamente.
Por el contrario, los pasos son sencillos de medir y menos sujetos a interpretación en comparación con la intensidad del ejercicio. Además, los pasos capturan incluso movimientos esporádicos de la vida cotidiana, no solo del ejercicio, y este tipo de actividades de la vida diaria probablemente sean las que realizan personas mayores.
"Para algunos, especialmente para los más jóvenes, el ejercicio puede implicar actividades como tenis, fútbol, caminar o trotar, todo lo cual se puede seguir fácilmente con pasos. Sin embargo, para otros, puede consistir en paseos en bicicleta o natación, donde se monitorea el La duración del ejercicio es más sencilla. Por eso es importante que las pautas de actividad física ofrezcan múltiples formas de alcanzar los objetivos. El movimiento es diferente para cada persona, y casi todas las formas de movimiento son beneficiosas para nuestra salud", explica Hamaya.
Los autores señalan que este estudio incorpora solo una evaluación única de métricas de actividad física basadas en el tiempo y los pasos. Además, la mayoría de las mujeres incluidas en el estudio eran blancas y de nivel socioeconómico más alto. Finalmente, este estudio fue observacional y, por lo tanto, no se pueden probar relaciones causales.
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