Un estudio realizado por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politécnica de Valencia (UPV) ha advertido de que la educación menstrual en España es "deficiente" y "aumenta las experiencias negativas sobre la regla".
Este trabajo, publicado en la revista científica 'BMC Women's Health', analiza la información recibida sobre la menstruación, la deseada y aquella que mayor impacto tiene en cómo se vive la menstruación, y constata que la educación menstrual en España todavía es deficiente.
"La menstruación sigue siendo tratada como un tema incómodo que hay que ocultar y de aquello que se oculta, no se habla, no se investiga, no se legisla y no recibe la atención necesaria. Pero la salud menstrual requiere de esa atención", apunta Sara Sánchez López, investigadora del Instituto Ingenio, centro mixto del CSIC y la UPV y autora principal del estudio.
El estudio se desarrolló a través de un cuestionario 'on line' anónimo a más de 4.000 personas, tanto hombres como mujeres nacidas o residentes en España, realizado entre mayo de 2021 y enero de 2022. Las preguntas abordaban temas como la educación recibida sobre la menstruación, la comodidad con la que se habla del tema, emociones experimentadas durante la menarquía, productos de higiene menstrual, impacto económico e impacto social, entre otras.
Sus resultados son reveladores: más de la mitad de las mujeres asegura no haber sabido cómo gestionar físicamente la primera vez que les bajó la regla. Las cuatro emociones más comunes reportadas durante la primera menstruación fueron vergüenza (23%), preocupación (20%), miedo (16%), y estrés (15%).
El estudio desvela también que un 35,7 por ciento de las mujeres encuestadas no sabía muy bien qué era la regla cuando les bajó por primera vez y un 56,1 por ciento no sabía lo suficiente sobre cómo proceder. Por otra parte, son numerosos los testimonios que recoge este trabajo en los que la menstruación ha sido causa de burla o comentarios despectivos.
Solo un 5% recibe información en la escuela
El estudio constata también una tendencia entre la información disponible sobre cómo manejar el sangrado y la cantidad de veces que se recuerda haber experimentado vergüenza, miedo, preocupación y asco, lo que sugiere que saber qué hacer cuando se tiene la primera regla reduce la posibilidad de experimentar estas emociones.
"Desafortunadamente, sólo un 5 por ciento de las personas encuestadas recuerda haber recibido esta información en la escuela", apunta Sánchez López.
Por otra parte, los datos indican que a pesar de todos los cambios sociales que han ocurrido en estas décadas, las emociones que se experimentan durante la primera menstruación en España no han variado significativamente desde la década de los 50 hasta la de inicios del 2000.
"La ambigüedad de la legislación actual en cuanto a los contenidos sobre la menstruación deja a criterio del centro o incluso del docente cuánto tiempo dedicarle al tema y qué contenidos incluir. Y, a menudo, es meramente nombrado en su función biológica como parte de la reproducción humana", ha denunciado Rocío Poveda Bautista, investigadora también de Ingenio y coautora del estudio.
Pero la falta de información no se reduce a la primera regla. Este estudio evidencia la necesidad de información "fiable y accesible" sobre cómo gestionar los dolores menstruales, síntomas de endometriosis y otros trastornos similares, o sobre cuándo acudir a un especialista. En general, concluye que es necesario un mayor conocimiento sobre cómo afecta el ciclo menstrual a todo el cuerpo y cómo varía a lo largo de la vida, incluyendo la menopausia.
"Este estudio pretende servir de orientación para la creación de medidas legislativas y sociales eficientes. Es una llamada a la acción para que la educación sobre salud menstrual, deficiente hoy en día, sea incorporada en el currículo, para garantizar que toda persona escolarizada en España reciba información básica y fiable sobre este tema", ha concluido Santiago Moll López, de la Universitat Politècnica de València y coautor del estudio.
Junto a los investigadores del CSIC y la UPV, este estudio también ha contado con la aportación de Dani Barrington, de la Universidad Western Australia, experta reconocida por su investigación y activismo sobre salud menstrual.