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Rechazo a las pseudoterapias por parte de médicos y científicos por ser "perjudiciales para la salud"

Así lo ha expresado la vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y responsable del Observatorio contra las Pseudociencias y Pseudoterapias de la Organización Médica Colegial (OPPISS), Rosa Arroyo Castillo, durante el seminario 'Mala ciencia y medicina alejada de la evidencia'

Aromaterapia. Foto Infosalus

La Organización Médica Colegial (OMC), el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) han presentado este jueves una 'Declaración institucional por una buena ciencia y su mejor aplicación a la medicina clínica', que rechaza el uso de pseudoterapias o terapias sin evidencia científica por ser "perjudiciales para la salud".

Así lo ha expresado la vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y responsable del Observatorio contra las Pseudociencias y Pseudoterapias de la Organización Médica Colegial (OPPISS), Rosa Arroyo Castillo, durante el seminario 'Mala ciencia y medicina alejada de la evidencia', celebrado este pasado jueves en la sede de la OMC.

"Es importante alertar de estas situaciones, no solamente alertar, sino colaborar con las instituciones sanitarias en la denuncia de los delitos de intrusismo. Las pseudoterapias o terapias sin evidencia científica pueden ser perjudiciales para la salud porque pueden incluso demorar o retrasar el acceso a los tratamientos que realmente son beneficiosos y tienen evidencia científica", ha declarado Rosa Arroyo.

En este sentido, Arroyo ha calificado esta declaración institucional conjunta como un "hito respecto a la ciencia y contra las pseudociencias". "Es una declaración institucional hacia el compromiso con la buena ciencia. Reprobamos la pseudociencia o pseudoterapias, prácticas sobre las que no existe evidencia científica y que prometen falsos resultados", ha sentenciado Arroyo.

"La comunidad científica y de profesionales de la salud reprueban la utilización de técnicas o terapias sobre las que, o bien no existe evidencia probada, o sobre las que la evidencia existente concluye que no son útiles e incluso que pueden ser perjudiciales para la salud. Estas técnicas son conocidas como pseudociencias y, con frecuencia, aprovechan con fines de lucro, la ausencia de información accesible o la desesperación de las personas que padecen enfermedades prometiendo falsamente resultados seductores para los pacientes y la ciudadanía", señala el documento de la declaración institucional.

 Así, la comunidad científica y de profesionales de salud quiere expresar su "deseo y compromiso de colaboración para fomentar la buena ciencia y su mejor aplicación a la medicina clínica" porque "la ciencia proporciona información veraz para que la ciudadanía pueda adoptar decisiones informadas y responsables sobre terapias y tratamientos seguros y eficaces y evitar que se ponga en riesgo su salud o su economía".

Por su parte, la directora del ISCIII, Marina Pollán, ha incidido en que "el método científico es la mejor herramienta para avanzar" y ha exigido la "reproducibilidad de los resultados científicos" para difundir estos nuevos conocimientos.

"La comunidad científica tenemos una responsabilidad, nuestro instituto tiene un compromiso de integridad científica, no debemos publicar falsos resultados, debemos ser transparentes y aceptar que nuestros resultados van a ser criticados por otros compañeros y que esto es una forma de avanzar. Tenemos que pasar de las batas a las botas porque no hay que estar todo el tiempo como médico sino reconocer que tienes una labor social que hacer y hay que aceptar la participación ciudadana", ha señalado Pollán.

En este contexto, la declaración institucional tiene el fin de "unir fuerzas para contrarrestar a quienes apuestan por las pseudociencias y pseudoterapias" y de "trabajar conjuntamente desde las instituciones y organizaciones profesionales y científicas con el objetivo de mejorar el proceso que conecta ciencia y medicina".

"La declaración toca muchos aspectos con los que tenemos que hablar en ciencia. Ya no se trata solo de que necesitamos cosas evaluadas por un ensayo clínico, sino que el ensayo clínico esté bien situado, el ensayo clínico esté dentro de los marcos éticos, que ese ensayo clínico además cuente con una revisión de los conflictos de interés que puede haber detrás, económicos, detrás de los estudios, que haya una calidad de esos estudios que además fomentemos", ha expresado el director de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Pedro Gullón.

Así, Gullón ha remarcado la postura del Ministerio sobre las psuedoterapias señalando que "tan mal gobernante es una persona que no hace nada con las pseudoterapias como el que hace políticas que van en contra de la evidencia científica como puede ser la pérdida de universalidad del SNS".

Entre los objetivos principales de esta declaración destacan: que las prioridades en las políticas de investigación se basen en las necesidades de salud y bienestar y fomenten aquellos desarrollos e innovaciones que añadan valor sanitario y social; que las comunidades científica y clínica mantengan actualizadas sus dos competencias en metodologías de investigación, fomentando las iniciativas de colaboración ya existentes; y promover una mejor comprensión e interpretación crítica de la literatura científica en el ámbito profesional sanitario.

También piden aplicar los principios de la Ciencia Abierta para mejorar los procesos de revisión y publicación de los resultados de las investigaciones y poner a disposición de la ciudadanía de forma libre y gratuita el conocimiento científico, garantizando la validez de su metodología, el acceso a datos y la reproductibilidad; introducir cambios en la evaluación del desempeño de los grupos de investigación que prioricen la calidad y pertinencia de los trabajos, y no la cantidad de artículos publicados; y fomentar la transparencia, prevenir y evitar los conflictos de interés que afectan a la aplicación de la ciencia a la práctica clínica.

Por último, inciden en la necesidad de "impulsar canales y contenidos apropiados que permitan difundir una información veraz y comprensible de los avances científicos, sin generar falsas expectativas a pacientes y ciudadanos y saliendo al paso de comunicaciones públicas prematuras, inmaduras o engañosas de resultados de las investigaciones".

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