Si eres un confeso amante de la música, es probable que a la hora de salir a correr o ir al gimnasio nunca te olvidas de llevar contigo los auriculares. Seguro que te has preguntado más de una vez si escuchar a tus bandas favoritas contribuye a conseguir tus objetivos de 'fitness'. A simple vista, lo que es obvio es que si escuchas música animada te insuflará la energía y coraje para acelerar y así conseguir más de lo que tenías pensado en un principio.
Más allá del efecto motivacional que te pueden brindar ciertos temazos, está claro que si te decantas por una marcha rápida al ritmo del romanticismo alemán quemarás muchas más calorías que si optas por un paseo ligero con Enya de fondo. Pero, ¿qué dicen los científicos al respecto? Un gran estudio realizado sobre más de 50.000 personas que caminaban regularmente publicado en el 'British Journal of Sports Medicine' descubrió que aquellos que andaban más rápido vivían un 25% más de media que aquellos que lo hacían a un ritmo más lento. ¿Sucede igual con la música y el hecho de perder peso?
Para comprobar todas estas afirmaciones, un equipo de médicos británicos de un programa líder de audiencia en la 'BBC', se preguntó si efectivamente la música más marchosa consigue que te concentres más en el ejercicio físico y le saques más provecho. Entonces, reunieron a 24 voluntarios de entre 25 y 65 años que posteriormente dividieron al azar en varios grupos. Para concretar más el ejercicio, ya que evidentemente al haber personas en distinto rango de edad unas contaban con más ventaja física que otras, decidieron que los concursantes tan solo podrían caminar "rápido", nada de correr.
Pero esto planteó otro problema añadido: ¿qué determina que una persona camine más rápido que otra? "Lo suficientemente rápido como para que puedas hablar pero no caminar", resolvieron, según Michael Mosley, médico en 'Trust Me I'm a Doctor', programa de la 'BBC'. Pero claro, este tampoco fue un parámetro puramente objetivo, por lo que hubo que darle otra vuelta para saber los efectos concretos que producen los diferentes tipos de música a la hora de hacer esfuerzo físico.
"Una definición más clara de lo que significa 'caminar más rápido' es hacerlo a unos 100 pasos por segundo. Y esto, a su vez, puede ser impulsado por escuchar música que tiene un ritmo más o menos similar, como por ejemplo 'Dancing Queen' de Abba o 'Hips don't lie' de Shakira", aseguró por su parte Marie Murphy, profesora de ejercicio y salud en la Universidad de Ulster, quien también participó en el experimento.
"Al primer grupo se le pidió que intentara alcanzar los 10.000 pasos al día, mientras que al otro simplemente se le animó a caminar de forma enérgica tan solo media hora al día con un cierto tipo de música escogida por nosotros", relata Mosley. Al comienzo del experimento, los médicos analizaron los niveles de presión arterial, colesterol y grasa corporal de los participantes. Después, les encomendaron realizar la tarea durante un plazo de cinco semanas.
"Vimos cambios muy positivos en ambos grupos, pero aquellos que tan solo caminaron enérgicamente con música vieron en general mejoras más considerables que aquellos que anduvieron los 10.000 pasos diarios", concluyó el presentador del programa. Mientras que estos últimos notaron una disminución de su grasa corporal en un 1,8%, los que tan solo caminaron rápido con música perdió un 2,4%.
Aunque evidentemente todavía es pronto para confirmar los resultados, sin duda se trata de una cuestión muy interesante que será tratada en investigaciones futuras. Si quieres adelgazar y emprender un cambio a la vida saludable, debes realizar ejercicio físico por pequeño que sea. Si la música te anima mucho más o al menos hace más entretenido el proceso, tendrás ventaja frente aquellos que no la disfrutan tanto y prefieren escuchar los sonidos de la naturaleza (o de la sintonía del gimnasio).
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