El exfutbolista y entrenador vallisoletano Eusebio Sacristán se encuentra pendiente de evolución tras someterse a una operación al sufrir un coágulo después de un golpe en la cabeza fruto de una caída fortuita.
Sacristán ingresó este miércoles, 30 de diciembre, en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, después de sufrir ese mismo día un traumatismo craneoencefálico severo fruto de una caída fortuita cuando se encontraba en un bar acompañado de más gente.
Tras su ingreso, se le detectó un coágulo y este jueves se le ha sometido a una operación quirúrgica, fundamentalmente por "precaución", según han informado a Europa Press fuentes de su entorno, que han señalado que se encuentra pendiente de evolución en los próximos días.
El exfutbolista, de 56 años y natural de la localidad de La Seca (Valladolid), militó en el Real Valladolid, Atlético de Madrid, Fútbol Club Barcelona, Celta de Vigo y en la Selección Española. Fue Campeón de Europa Sub-21 con la Selección Española y Campeón de la Copa de Europa con el FC Barcelona.
Entrenador nacional de fútbol, ha ejercido en el Girona CF y en la Real Sociedad, en el Barcelona como segundo de Rijkaard, y en Segunda División en el Barcelona B y en el Celta de Vigo.
En 2003 creó la fundación que lleva su nombre junto a compañeros de banquillo que le acompañaron como patronos y desde entonces la entidad ha trabajado con más de 200.000 personas en Valladolid y ciudades de su ámbito de influencia como Palencia en diferentes proyectos vinculados al deporte.
En Salamanca hace dos semanas
Eusebio Sacristán visitó Salamanca recientemente para firmar un convenio entre el Ayuntamiento y su fundación, con el que promueven el deporte inclusivo. El proyecto consiste en la implantación y puesta en marcha de una escuela de fútbol inclusiva, en la que puedan participar, jugar y aprender menores de edad que se encuentren en exclusión con respecto a la práctica deportiva, bien sea por encontrarse en una situación de discapacidad física o psíquica, bien sea por sus circunstancias sociales o económicas, junto con menores de edad que no estén en ninguna de las situaciones anteriores y que quieran disfrutar de una práctica deportiva no competitiva, poniendo el foco de la misma en el juego como herramienta de inclusión social.