Cada año, el 14 de marzo marca el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular, una fecha crucial para recordar la importancia de adoptar hábitos de vida saludables y prevenir enfermedades que afectan al corazón. En un mundo donde las enfermedades cardiovasculares impactan a 520 millones de personas, según la Fundación Española del Corazón (FEC), y donde el 42% de los españoles presenta más de un factor de riesgo cardiovascular, la prevención se convierte en una prioridad.
La prevención: clave para un corazón sano
La FEC subraya que entre el 80 y el 90% de los infartos están vinculados a factores de riesgo modificables, como el sedentarismo, el tabaquismo y una dieta inadecuada. En este contexto, la promoción de un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio regular y una alimentación equilibrada, se presenta como la mejor estrategia para cuidar la salud cardiovascular.
La Dieta Mediterránea: un aliado para el corazón
La Dieta Mediterránea, reconocida por su alto consumo de alimentos frescos y bajo consumo de grasas animales, se destaca como un patrón alimentario cardiosaludable.
La pirámide alimentaria de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria refleja la importancia de esta dieta, que además permite el consumo moderado de bebidas fermentadas como el vino, la cerveza y la sidra, siempre acompañando las comidas.
Cerveza y salud cardiovascular: ¿una combinación posible?
Según la doctora Lina Badimon, directora de la Cátedra de Investigación Cardiovascular UAB-Fundación de Investigación Cardiovascular para la Salud y la Innovación, el consumo moderado de cerveza, dentro de un estilo de vida saludable, podría tener efectos beneficiosos gracias a sus propiedades antioxidantes. Estudios científicos sugieren que la ingesta moderada de cerveza podría proteger contra procesos isquémicos/oxidativos y mejorar los niveles de colesterol HDL, conocido como "colesterol bueno".
Un estudio del Hospital Clínic de Barcelona respalda estos hallazgos, indicando que el consumo moderado y regular de cerveza en las comidas principales podría tener un efecto protector contra la aterosclerosis y otros factores de riesgo cardiovascular, especialmente en personas con riesgo moderado-alto.
Moderación y responsabilidad: claves del consumo
La doctora Badimon enfatiza que el consumo de bebidas fermentadas debe ser siempre moderado y acompañado de alimentos. Se recomienda no superar los 10-12 g/día de alcohol (200-300 ml de cerveza) para mujeres y 20-24 g/día (400-600 ml de cerveza) para hombres, dentro de una dieta sana y equilibrada. Los jóvenes, las personas que requieran concentración y las mujeres embarazadas deben optar por la cerveza sin alcohol.
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