¿Cuál es la leche más sana que puedes tomar?

Que todos los mamíferos en sus primeros meses de vida crezcan tanto, multiplicando su propio peso, no es cuestión de magia, sino de la densidad nutricional de este líquido

 Leche
Leche

Burra, cabra, camella, oveja, dromedaria, yak, cierva, llama, vaca, humana... No son pocos los tipos de leche que tenemos (con mayor o menor facilidad) a nuestra disposición. Algunos se han hecho famosos por tener propiedades casi mágicas como es el caso de la leyenda de Cleopatra bañándose en leche de burra para conservar una piel bonita. Por supuesto, muy pocos de nosotros llevaríamos a cabo tal procedimiento, de hecho, a la mayoría nos daría cierto asco. De todos modos, la leche tiene propiedades nutricionales más que considerables. Tenemos que tener en cuenta que, durante meses y a veces años, es el alimento por el que todos los mamíferos aumentan de tamaño rápidamente durante los primeros años de vida.

Cada animal es un mundo y su sangre, otro más complejo todavía. Porque es eso de lo que se trata: sangre, filtrada, por supuesto. Las glándulas mamarias absorben del riego sanguíneo de las hembras de cualquier mamífero los componentes para formar este nutritivo caldo.

En nuestro interés, en concreto el de nuestra salud, saber qué estamos ingiriendo es importantísimo, y, aunque todas las leches sean blancas, esconden mucho más de lo que puede parecer. Por supuesto, no somos los primeros en hacernos esta pregunta. En el año 2014, los investigadores W. L. Claeys, C. Verraes, S. Cardoen y el resto de su equipo del Instituto para la Investigación de Agricultura y Piscifactorías de Melle, en Bélgica, y de la Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria (FASFC), también de Bélgica, elaboraron un estudio en el que analizaron las propiedades que la leche de diferentes especies animales tienen para nosotros.

Los investigadores llegaron a ciertas conclusiones de especial relevancia para nuestro bienestar diario: La leche de las especies rumiantes (como la vaca, el yak, el ciervo o los camellos) contiene un menor contenido del azúcar específico de la leche, la lactosa, que se ha hecho tan famosa en los últimos años por la cantidad de gente intolerante a ella. En cambio, contiene una mayor cantidad de caseína, la proteína más común de este producto, y de grasa. Como aclaran los investigadores con respecto a esto último: "Tiene una mayor proporción de ácidos grasos saturados y monoinsaturados, además de un mayor contenido de colesterol". Por otro lado, también son más ricas en vitaminas, exceptuando la C, y contenido mineral. Esto, al menos, cuando se compara con la leche de otras especies como la de yegua o la de burra.

De todos modos, otros 'problemas' les surgieron a los investigadores: descubrieron que no es solo la diferencia entre las familias de especies, sino que también existen considerables distinciones entre las especies en sí e, incluso, entre miembros de la misma. Dicho de otro modo: puede que una vaca holstein (la típica blanca y negra) dé peor (o mejor) leche que una marchigiana italiana.

La Base de Datos Española de Composición de Alimentos engloba no todos, pero gran parte de los productos que habitualmente tenemos en nuestras neveras y despensas. Se encargan de analizar la composición nutricional de cada ingrediente y, por supuesto, las leches no son una excepción.

Energía: La de vaca contiene 65 kcal por cada 100 gramos, exactamente la misma que la de cabra. Por su parte, la de oveja resulta ser infinitamente más calórica, aportando 100 kcal por cada 100 gramos.

Proteínas: La más consumida, la de vaca, contiene 3,06 gramos por cada 100, un resultado similar a la de cabra, que alcanza los 3,4 gramos. Por su parte, de nuevo la leche de oveja destaca en esta categoría, alcanzando los 5,6 gramos.

Grasas: La tendencia se repite en este apartado. Tanto cabra como vaca tienen un contenido que ronda los 3,5 gramos por cada 100, mientras que la de oveja dobla esta cifra prácticamente con 6,34 gramos.

Azúcares: En esta categoría, las tres tienen valores muy similares, oscilando entre los 4,7 y los 5 gramos. Una cantidad más que razonable.

Sea del animal que sea, cierto es que la leche tiene algunos componentes que pueden ser perjudiciales para algunas personas (como la lactosa) y en una dieta de adelgazamiento es bastante calórica, por lo que, a no ser que la tomemos desnatada, con cada sorbo nos estaremos metiendo una cantidad considerable de energía que no necesitamos. Por lo demás, es un alimento extraordinariamente nutritivo. Eso sí, la de oveja es, con diferencia, la más densa.

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