En todo lo referente al cáncer de piel, los datos hablan por si solos: 4 de cada 10 españoles vamos a tener un cáncer de piel a lo largo de nuestras vidas. Mientras que el cáncer de mama o de colon va disminuyendo en frecuencia, el cáncer de piel va aumentando. Algo estamos haciendo mal los dermatólogos cuando, además, la piel es el órgano más accesible y fácil de explorar del organismo, según informa el diario digital El Confidencial.
Básicamente hay dos tipos de cáncer de piel: el epitelioma (que puede ser basocelular o espinocelular) y el melanoma. Los epiteliomas son más frecuentes, menos agresivos y rara vez dan metástasis, es decir, que no suelen afectar a otros órganos como el cerebro o el hígado. Los melanomas, afortunadamente, son menos frecuentes, y son mucho más agresivos, pudiendo dar metástasis con facilidad si no se extirpan a tiempo.
Cada año el cáncer de piel en España aumenta su incidencia un 10% y se diagnostican un total de 78.000 casos nuevos. De estos, casi el 90% pertenecen al cáncer de piel de tipo no melanoma, es decir, del tipo epitelioma.
Este tipo de cáncer de piel no melanoma se produce en la capa más externa de la piel y el factor de riesgo más importante es la exposición crónica y prolongada a la radiación ultravioleta del sol (jugadores de golf, personas que navegan, etc). El melanoma se asocia más a exposiciones periódicas al sol con quemadura solar (personas que se exponen al sol solo en vacaciones y se queman).
Signos de alarma en los lunares
Los dermatólogos insisten mucho en el ABCDE de los lunares para reconocer cuando un lunar puede ser sospechoso:
A de asimetría, lunares que no son simétricos.
B de bordes, lunares con bordes irregulares.
C de color, lunares con zonas de color oscuro y zonas de color claro.
D de diámetro, lunares de más de 0,6 cm.
E de evolución, lunares que evolucionan, que cambian de tamaño, color, que sangran, etc.
El dato más importante es el de la evolución: un lunar que cambia siempre debe ser consultado por un dermatólogo.
Quién tiene más riesgo de padecer cáncer de piel
Las personas que tienen más tendencia a padecer cáncer de piel son las que:
- Tienen antecedentes familiares de cáncer de piel
- Son muy blancos o pelirrojos
- Tienen muchos lunares
- Han tenido quemaduras solares en la infancia
- Tienen nevus 'congénitos', es decir, lunares oscuros desde el nacimiento
- Han tomado muchos rayos UVA
- Tienen los ojos claros
Hazte un mapa de lunares
Si tienes muchos lunares, algunos de ellos cumplen la regla del ABCDE o si algún familiar cercano ha padecido cáncer de piel, entonces hazte un mapa de lunares. Consiste en grabar en un programa la imagen de la dermatoscopia de tus lunares. Me explico.
La dermatoscopia digital es un sistema para poder 'explorar' los lunares por dentro sin extirparlos. Emplea sistemas de luz polarizada emitida por diodos y de esta forma podemos identificar patrones de benignidad o malignidad. En el mapa de lunares grabamos la imagen de los lunares más destacados (solemos grabar una media de 50 lunares por paciente) y así una vez al año podemos saber con total seguridad si algún lunar aparece o cambia.
Lunares y embarazo
“Estoy embarazada y este lunar me ha cambiado. ¿Es normal?” Pues sí, es normal. En este sentido se destacan dos puntos:
Los cambios hormonales durante el embarazo pueden modificar la pigmentación de algunas zonas de la piel femenina (melasma facial, línea alba abdominal, areolas mamarias) y en ocasiones estas modificaciones pueden afectar también a algunos lunares.
Los cambios en el tamaño de los lunares pueden tener que ver con la distensión de la piel en ciertas zonas (abdomen, mamas), y en ocasiones también con un crecimiento de algunos lunares en cualquier localización, sobre todo de lunares sobreelevados de aspecto verrugoso.
En resumen, es normal que algunos lunares cambien durante el embarazo. En la mayoría de los casos no hay motivo de alarma, pero es conveniente consultarlo con tu dermatólogo y valorar el lunar con dermatoscopia.
Cuál es el tratamiento del cáncer de piel
No todos los cánceres de piel se tratan de la misma forma. Algunos casos deben operarse con cirugía convencional, otros deben tratarse con cirugía de Mohs (cirugía con control microscópico), otros con radioterapia y otros con crioinmunoterapia (crioterapia más cremas anticáncer). Por ello debes acudir a dermatólogos que te ofrezcan la mejor opción para tu caso concreto.
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