Pasión, dedicación, paciencia y esfuerzo. Son algunos de los adjetivos que se respiran en el convento de San Esteban, donde varios miembros de la Hermandad Dominicana han trabajado desde primera hora del lunes 18 de marzo para empezar a montar uno de los pocos palios que integran la Semana Santa salmantina: el de Nuestra Señora de la Esperanza. Tallada por Damián Villar siguiendo los cánones de las dolorosas andaluzas y reformada posteriormente por Javier Roán, la imagen de la Virgen protagoniza uno de los pasos más bonitos y esperados del Viernes Santo. Pero, antes de lucir en su máximo esplendor bajo el manto de la luna y acallar a los congregados en los Dominicos con su belleza, es sometida a un complejo proceso de preparación.
El montaje del palio de La Esperanza, paso a paso
La casa de la Hermandad Dominicana no es solo un lugar de encuentro, sino también de almacenaje de varios enseres de la procesión del Viernes Santo, como el techo de palio y las bambalinas que resguardan la Virgen de la Esperanza. Un grupo de unos doce hermanos es el encargado de trasladarlos a primera hora del lunes, 18 de marzo, al convento de San Esteban para iniciar el laborioso montaje del palio. Parte de ese trabajo, por suerte, ya está completado. “Hay una preparación previa. La candelería ya ha venido casi montada al completo, que eso al final lleva cerca de un día de montaje”, reconoce Javier Gómez, capataz del paso.
Trasladados todos los enseres necesarios a los Dominicos, los hermanos se ponen manos a la obra y sitúan el techo de palio sobre un soporte para unir las bambalinas con sumo cuidado. Subir todo ello a la estructura del paso es, según Javier Gómez, el proceso más complejo del montaje pese a valerse de pértigas y cordeles: “Al final pesa y arriba estamos cuatro o cinco personas. El resto está soportando el techo con las cuerdas. Es lo más difícil. Lo demás va sobre ruedas”.
Acto seguido, se colocan los varales o soportes verticales que sostienen el techo de palio en los huecos establecidos para ello, incluidos los maestros, que son los que se sitúan en las cuatro esquinas del paso. Todos ellos se rematan bien con una perilla y se engalanan con cordones con borlones. Completada la parte de arriba, es momento de hacer lo propio con la de abajo, donde se ubican los respiraderos, confeccionados en metal plateado. Estos permanecen guardados en grandes cajas y, al sacarse, se trasladan uno a uno sobre los bancos del convento de San Esteban antes de acabar en el lugar para el que han sido creados.
Mientras los hermanos finalizan el montaje del palio, la gran protagonista de este, la imagen de La Esperanza, permanece en la capilla de la Hermandad Dominicana, en el convento de San Esteban, a la espera de ser vestida con sus mejores ropajes. Ese momento se produce dos días después, el miércoles 20. Tras ser situada sobre el palio, se le coloca el pollero, una estructura metálica con varas que se extienden desde la cabeza de la Virgen hasta la trasera del paso para acoger el manto que portará durante la madrugada del Viernes Santo.
También en la capilla de la Hermandad Dominicana, la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, elaborada por Damián Villar en 1945, es engalanada en la más rigurosa intimidad por dos hermanos de la cofradía. Otros, en cambio, alzan al Santísimo Cristo de la Buena Muerte para colocarlo en su paso, situado a la entrada de los Dominicos. La Piedad es la última de las cuatro tallas en ocupar el lugar que le corresponde antes de la procesión.
Fundido de la cera
La belleza de La Esperanza no solo se ilumina naturalmente con la luz de la luna que preside el cielo salmantino en la madrugada del Viernes Santo. Más de setenta velas dispuestas en la parte delantera del palio también contribuyen a potenciar los reflejos dorados de la Virgen. Su colocación requiere un par de horas y mucha precisión para que el emblema de la Hermandad Dominicana quede alineado en todos los cirios.
El proceso de fundición de la cera y colocación de las velas se efectúa con la Virgen ya vestida e instalada en el palio durante el jueves 21 de marzo. Los hermanos lijan la parte inferior de cada una de las candelas, a las que se les echa cera líquida, antes de que uno de ellos, sobre el paso, las instale en sus respectivos candelabros ante la atenta mirada de sus compañeros. Empieza por las ubicadas en la zona delantera y, en caso de que no queden rectas, "se les da calor para sacarlas y volverlas a poner bien", sostiene Javier Gómez.
Colocación de las flores y retranqueo
A escasos días de que La Esperanza procesione por las calles del centro de Salamanca, el Miércoles Santo, la Hermandad Dominicana coloca las flores alrededor de la imagen para embellecer aún más el palio. "Se hace un diseño diferente cada año. Esta vez, lleva ocho jarras en los costeros y ocho violeteros adelante", explica el capataz del paso. Todos ellos se atornillan al mismo para que queden bien fijados.
El encargado de nutrir de flores al palio de La Esperanza, Daniel, detalla las elegidas para la procesión de este 2024: "Lleva dos mil rosas blancas, también moradas y de color salmón, lágrimas de la Virgen, funiculata, limonium y nardos violetas, que son raros de ver, entre otras". Las primeras se sitúan en las jarras de los costeros y el resto, en los violeteros delanteros.
GALERÍA | Montaje de los pasos de la Hermandad Dominicana
VÍDEO | Montaje del palio de la Virgen de la Esperanza. Realizado por Javier S. Fraile