Hace ya un mes del gran rugido del volcán de La Palma. El monstruo de los fuegos despertó de los infiernos para generar el caos entre la belleza.
Desde entonces, la tragedia se ha debatido junto al espectáculo, puesto que son muchos los curiosos que no han querido perderse tremenda belleza natural.
La naturaleza es tan sumamente generosa que nos pone en bandeja espectaculares imágenes para que se nos pongan los pelos de punta. Imágenes como las que pueden apreciar a lo largo de este reportaje, puesto que SALAMANCA24HORAS se ha desplazado hasta la isla de La Palma para vivir en primera persona todo lo que está ocurriendo allí.
Todo el país está volcado con sus paisanos que no cesan en pedir ayuda y a los que, por supuesto no le flaquean las fuerzas, tal y como nos afirmó rotundamente hace exactamente veinticinco días la salmantina Carmen Verdú, residente en La Palma: “Estamos aquí a muerte. No nos vamos, esta es nuestra casa”.
Aunque la isla está literalmente sepultada bajo las cenizas e inmersa es una extensa capa rojiza que desprende un calor brutal, puede visitarse. Hacerlo no resulta fácil, puesto que por aire no se puede llegar hasta La Palma ya que la nube gris que envuelve a toda la isla y la lluvia de tierra dificultan los vuelos.
Concretamente, les vamos a explicar el trayecto que ha seguido SALAMANCA24HORAS para llegar hasta allí con partida desde Salamanca.
En primer lugar, nos dirigimos hasta Madrid cogiendo un vuelo hasta Tenerife con una duración de tres horas, rumbo al Aeropuerto Norte. Desde allí, hubo que bajar hasta el sur, una hora más de viaje, para tomar un barco que nos llevara directo hasta La Palma, puesto que como ya hemos adelantado, las condiciones actuales impiden el transporte por el aire. La duración del trayecto por el mar fueron 2 horas 30 minutos.
La duración de viaje, tal y como pueden observar, nos llevó las 6 horas y media.
Una vez que pusimos pies en tierra en la isla comenzó la aventura. Un recorrido guiado por un ‘taxi tour’ alquilado que duró en torno a las cuatro horas, gracias al cual pudimos introducirnos hasta la zona permitida para visualizar el volcán lo más cerca posible, llegando hasta el Puerto de Tazacorte desde donde pudimos visualizar la fajana del volcán. Tazacorte es un municipio donde ya se han tenido que desalojar varias viviendas por precaución.
En este sentido, durante estos momentos en la isla hay varios taxis, como el que vemos en la imagen que se pueden alquilar y que se anuncian en internet para recorrer la isla de arriba abajo, desde la zona más próxima del volcán (que dependerá de hasta donde se pueda acceder en función del ritmo y la dirección del mismo) hasta el Puerto de Tazacorte desde donde se puede ver la fajana, como ya hemos indicado anteriormente.
Esta arena además de ser peligrosa en la carretera, puesto que dificulta el manejo de los automóviles que patinan en la carretera, es incomoda y poco saludable. Por ello, las autoridades recomiendan cubrirse el rostro con la mascarilla, ponerse unas gafas que protejan los ojos y tener a mano un paraguas para evitar el contacto de la arena encenizada con la piel.
Convivimos durante esas horas con multitud de medios de comunicación que se mantienen allí incansables desde hace un mes para informar minuto a minuto de todas las últimas horas. Contemplamos también como varios operarios y vecinos trabajan incansablemente para dejar limpias y accesibles las carreteras y calles. También fuimos testigo de como los agricultores hacen todo lo posible para salvar sus plátanos cubriendo las plataneras con fundas.
Hasta allí también se han desplazado numerosos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la península, así como equipos de protección civil junto a la Unidad Militar de Emergencias (UME), a los que hemos visto trabajar durante horas.
Aunque la incertidumbre y la desolación se respira en cada rincón de la isla es importante comunicar que esta se puede visitar para contribuir económicamente, ya que en este momento el turismo juega un factor clave. Cabe destacar que durante nuestro viaje coincidimos con varios turistas que nos preguntaron si nosotros también íbamos a ver el volcán. Una pregunta que se nos hacía en un tono tímido porque los visitantes tienen miedo o vergüenza de decir que van a visitar el volcán en estos momentos.
Aunque ir a ver el volcán en plena forma sea un espectáculo que asombra a todo aquel que se encuentre en la isla y del que se quiere dejar constancia poniendo en pleno funcionamiento cámaras de foto y vídeo, en el barco nos topamos con personas que se habían desplazado a la isla para contribuir llevando objetos como cajas para que las personas desalojadas puedan guardar sus objetos personales.
Eso sí, es necesario recordar que a la isla hay que acudir sin molestar, con suma respetuosidad y por supuesto, apelando a la prudencia, puesto que no hay que olvidar que la vida de muchas personas está en el aire sin un futuro claro. Motivo por el que tal y como recomiendan no pasamos la noche en la isla, ya que los hoteles necesitan estar disponibles para aquellas familias que no tengan un techo donde quedarse mientras están desalojadas de sus casas a la espera de que el volcán de una tregua y vuelva a dormitar eternamente.
Para concluir, debemos advertir que viajar a la isla actualmente no es económico. El gasto de trasladarse hasta allí desde la capital salmantina oscila en torno a los 400 euros incluyendo el avión, más el taxi y el barco.
A continuación les enlazamos una galería de imágenes donde pueden apreciar más al detalle cómo se encuentra actualmente La Palma tras el paso del volcán, junto al siguiente vídeo: