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Trabajar con las manos: una labor declarada “especie en peligro de extinción”

En el segundo capítulo sobre 'Oficios sin relevo generacional', SALAMANCA24HORAS visita a un carpintero, tornero fresador y a una antigua carrocería. Todas ellos labores declaradas como “especie en peligro de extinción” a la espera de ver si resurgen de sus propias cenizas

'Oficios sin relevo generacional' Parte 2. FOTOS ANDREA M. - S24H

Los oficios artesanos que requieren de las manos para engendrar sus obras se están quedando sin relevo generacional. La falta de jóvenes que apuesten por este tipo de trabajos está abocando a ciertas profesiones como estas, con olor y tacto añejo, a la extinción.

La semana pasada rememorábamos los oficios del tapicero, la costurera y el reparador de zapatos en Salamanca, llegando a la conclusión de que las segundas oportunidades mantienen viva la llama del relevo generacional y donde el reciclaje acaparaba gran parte del protagonismo.

De la aguja y el dedal, instrumento primordial en estos tres anteriores oficios saltamos al martillo, el torno, las palancas, la madera, el aluminio, el hierro… necesarios para el trabajo del carpintero, tornero fresador y la carrocería. Labores que completan la segunda parte del reportaje ‘Oficios sin relevo generacional’.

Todos estos oficios que no tienen sucesores a la vista ubican su origen años atrás, cuando la juventud todavía rondaba a los actuales trabajadores vistos hoy como guerreros que lejos de abandonar el barco siguen remando pese al oleaje, frente a ese futuro desesperanzador que les acecha de cerca.

Los profesionales que mantienen a flote este tipo de negocios y que siguen rindiendo homenaje a la artesanía diariamente, coinciden en que la gente joven no quiere continuar con su legado porque “son trabajos sucios, duros y de echar muchas horas”, manifiesta Olegario Fernández quien lleva desde los 14 años dedicándose a la carrocería. Hoy ya divisa la situación del sector desde la sabiduría de la jubilación.

Cuesta encontrar a hombres y por qué no mujeres que sigan dedicándose a realizar estas labores en nuestra ciudad. De hecho, estos pocos negocios que se mantiene vivos se ubican en las afueras, concretamente en el Polígono de los Villares: “Quedan muy pocas personas que se dediquen a esto porque el que se jubila no tiene a nadie que le suplante, ni hijos ni sobrinos ni nada, porque todo el mundo ya hace carrera. Nadie quiere ningún trabajo manual. Son oficios totalmente extinguidos”, asegura otro de los protagonistas, José María Sánchez Hernández, carpintero y propietario de ‘Carpeban Stilo Salamanca”.

Echando la vista años atrás se aprecia un reseñable cambio en todos estos oficios. En el caso de carpintería, José María revela que “el tema de ebanistería ha cambiado por completo, ya no existe la ebanistería, todo es carpintería y aglomerado. La madera cada vez se trabaja menos”.

En el caso de la carrocería, este profesional ya retirado afirma que “este oficio ya no es lo que era. Ahora se trabaja más el aluminio o el poliéster que no se oxida. El hierro se sigue usando, pero se trabaja ya mucho menos en las carrocerías y remolques”.

La modernización, las nuevas tecnologías y el potencial abrumador que tiene en nuestros días la maquinaria es uno de los principales problemas de esta extinción. No obstante, el trabajo manual sigue siendo primordial: “Seguimos trabajando mucho de forma manual porque hay máquinas que todavía no hacen el trabajo de ebanistería. Lo que más se puede realizar a mano son los muebles que hay que hacer a medida.

"El toque de artesanía hay que dárselo a mano"

La maquinaria te quita mucho trabajo, pero al final el montaje y el toque de artesanía hay que dárselo a mano”, aseguran desde ‘Carpeban Stilo’.

En el caso de las carrocerías “ahora ya hay maquinaria para levantar los hierros, puentes grúas, pero hace 40 o 50 años todo se hacía a mano, se cogían las carrocerías a mano entre siete, ocho personas. Ahora todo ha cambiado, ya se carga todo con puentes grúas”, explica Olegario a quien le tocó vivir los años más duros de su profesión.

Respecto a este tema, la labor del tornero fresador no ha sufrido muchos cambios porque las máquinas han sido y siguen siendo su mano derecha de trabajo: “Algunas cosas se hacen manual pero la mayoría se hacen apoyándonos en las máquinas porque de forma manual no se puede hacer. En mi caso tengo máquinas de control numérico para cuando hay que hacer piezas, 50 o 100 al por mayor. Lo que se hace es poner el material en bruto y programarlo a través del ordenador donde se diseña. Primero diseño la pieza y luego le digo a la máquina lo que tiene que hacer.

"Un tornero sin máquinas no puede trabajar"

Estas máquinas tienen entre 20 y 22 años. Son máquinas que se crearon aquí en España en el norte. Seguramente antes de estas ellas hubo otras porque el control numérico de la fabricación de piezas en serie es de hace 40 años… Esto quiere decir que los torneros siempre se han apoyado en las máquinas, pero la base del torno siempre ha sido la misma.

Nosotros no podemos crear las piezas bien sino tenemos máquinas. Un tornero sin máquinas no puede trabajar”, sentencian desde ‘TorFresa’.

Donde las máquinas también son de suma importancia, vitales para que se vean los resultados es en las multinacionales. Sin embargo, empresas grandes como la Ikea parecen no representar una competencia, por ejemplo, para el carpintero de toda la vida: “Ikea y las multinacionales no nos hacen competencia porque trabajan con otra calidad de muebles y por ello no nos hacen competencia, todo lo contrario, nos da más trabajo. El que compra un mueble en Ikea en menos de dos o otres años se lo está pidiendo a un carpintero”, afirma José María.

"Las multinacionales no nos hacen competencia, nos dan más trabajo"

Caso semejante es el que manifiesta Ángel Alberto, tornero fresador, quien apuesta más por la reparación escudándose en que “muchas cosas se pueden arreglar y no hay porqué tirarlo todo. Todo lo que se pueda reparar se repara, pero es cierto que hay piezas que cuesta menos coger el material en bruto y mecanizarlo”.

Regresando al meollo del problema, la cuestión más preocupante es ¿por qué los jóvenes están dejando de apostar por oficios como estos?

Ángel Alberto cree que “la gente joven no se dedica a estudiar estos oficios como el del tornero fresador porque en Salamanca no hay mucha industria, entonces no se necesita mucha gente”.

Por otra parte, José María reconoce que “sigue habiendo FP y grados medios con los que hacemos prácticas. El problema es que los jóvenes se cansan enseguida, a la menor dejan de trabajar”.

De momento, los pocos profesionales de estos oficios siguen luchando por sus negocios y aunque la esperanza en las futuras generaciones es nula, la última baza que queda por jugar es la espera y la confianza en que estos oficios ya declarados como “especie en peligro de extinción” resurjan de sus propias cenizas.

Comentarios
cibertontos Hace 2 años (12/02/2022 22:13)
Tanto ordenador nos volverà inùtiles
Volveremos a ellos Hace 2 años (12/02/2022 20:36)
Volveremos a ellos. Esta lo ca sociedad del despilfarro tiene fecha de caducidad.. Y no tardaremos mucho en verlo y padecerlo... Mi abuelo autodidacta y currante hacia cañizos y puertas de madera para las entradas a corrales o cerrados.. Ademas de ocuparse de las tareas del campo..
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