La tasa de empleo de los jóvenes españoles recién graduados, aquellos que han finalizado estudios terciarios en los últimos tres años, llegó al 78% en 2018, más de siete puntos por debajo del promedio de los países de la Unión Europea, con un 85,5%, de acuerdo con los datos de Eurostat recogidos por el Instituto de Estudios Económicos.
Los jóvenes con ese nivel educativo equivalente a estudios terciarios tienen una mayor tasa de empleo que aquellos que entran al mercado laboral con niveles educativos más bajos, y los países comunitarios con más oportunidades en 2018 fueron Malta, con una tasa de empleo del 96,7%; los Países Bajos, con un 94,8%; Alemania, con un 94,3%, y Luxemburgo, con un 94%.
Todavía por encima de la media, figuraron Suecia, República Checa, Hungría, Letonia, Lituania, Bélgica, Austria, Irlanda, Estonia, Polonia, Rumanía, Reino Unido, Finlandia, Dinamarca y Portugal. Inmediatamente por debajo de la media se encontraron Eslovenia, con una tasa del 85,3%; Bulgaria, con un 84,5%; Francia, con un 84,4; Eslovaquia, con un 82,4%; y Chipre, con un 81,3%.
En la vigésimoquinta posición se encontró España, abriendo las últimas cuatro posiciones y con una tasa de empleo de los recién graduados del 77,9%, todavía muy lejos del promedio de la UE-28 y de la elevada tasa registrada en 2008 del 85,3%. Por debajo de España solo se situaron Croacia, con un 75,2%; Italia, con un 62,8%;y Grecia, con un 59%.