Llevan más de 2 años con nosotros y se han convertido en imprescindibles. Nos han acompañado en el trabajo, en restaurantes, en transporte y en espacios públicos, hasta ahora. Este 20 de abril las mascarillas dejan de ser obligatorias en interiores. Así lo anunció la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el pasado miércoles 6 de abril. La mejora de la situación sanitaria y el alto nivel de inmunización ha llevado a tomar esta decisión, aunque no convence a todo el mundo ya que es un tema que genera cierta controversia.
Son muchos los que aún deciden mantener este accesorio al aire libre, a pesar de que dejaron de ser obligatorias ya el pasado 10 de febrero. Por lo tanto, ¿existe cierta dependencia a las mascarillas en determinados grupos de la población? A esta pregunta, como a muchas otras ha respondido, Celia Sánchez Rodríguez, psicóloga y orientadora educativa a Salamanca24horas. “Hay algunos colectivos que tienen miedo a quitarse las mascarillas. Ese temor, muchas veces se convierte en pavor obsesivo y descontrolado al contagio, que puede pasar tanto en la población adulta como en jóvenes”, afirma.
A ciertos grupos como los adolescentes, dejar su cara al descubierto les puede llegar a generar cierta inseguridad, lo que se conoce actualmente como síndrome de la cara vacía. “No se trata de ningún trastorno mental, ni presenta ninguna sintomatología concreta. Aunque, si que es verdad que, últimamente, se esta viendo que engloba un conjunto de síntomas que esta aumentando en personas que tienen un carácter más ansioso”, explica Sánchez.
Del mismo modo, la psicóloga expone que “la adolescencia es una etapa del ciclo vital que supone el transito de la infancia a la edad adulta, donde tienen lugar profundos cambios en el desarrollo de los adolescentes, tanto físicos, como cognitivos y sociales”.
Además, Sánchez también apunta que “muchos de los jóvenes tienen ahora dificultad para poder mostrar su cara debido al cambio físico que están atravesando, que es mucho mas significativo que en personas adultas. Les afecta en el reconocimiento de su ‘yo’ y aceptación de su personalidad. Están utilizando la mascarilla como una barrera de protección psicológica y, así, ocultar sus inseguridades y sus miedos. En definitiva, el síndrome de la cara vacía se acentúa en adolescentes que tienen la autoestima mas baja, complejos físicos, dificultades de sociabilización y de transmitir y o gestionar sus emociones”.
Por otro lado, las redes sociales igualmente forman un papel muy importante. “Muchos chicos y chicas que han nacido con la tecnología están acostumbrados a relacionarse de forma virtual, a través de una pantalla, donde no hay contacto físico como tampoco reconocimiento de las emociones”, asegura la psicóloga.
¿Cómo superar el síndrome de la cara vacía?
La psicóloga y orientadora recomienda una serie de pautas para normalizar la situación. Asegura que es fundamental que el cambio se haga sin forzar a la persona: prestar atención a sus emociones: “Es importante ayudar a que aprenda a gestionar sus pensamientos dándole confianza y seguridad, para que, así, pueda ir enfrentándose a las situaciones que le generan ansiedad. El síndrome de la cara vacía, al final está relacionado con la salud mental, si tu tienes un autoconcepto positivo y sano, retirarte la mascarilla no te va a suponer ningún problema”.
Por último y haciendo alusión al aumento de problemas de salud mental en jóvenes a partir de la pandemia, Sánchez hace hincapié en la necesidad de que Gobierno y Comunidades Autónomas inviertan en el sistema sanitario, aumentando las plazas de PIR en los centros de salud, ya que, "muchas familias no pueden permitirse acudir a un psicólogo privado". Respecto a los centros educativos, la psicóloga indica que "para hacer un trabajo de calidad, se debería tener un profesional de la educación orientativa por cada 250 alumnos en los centros, tal y como recomienda la UNESCO y la COPOE".
¿Dónde será obligatorio llevar mascarilla a partir de ahora?
Darias ha concretado que las mascarillas seguirán siendo obligatorias en determinados contextos:
- Hospitales, centros de salud y farmacias. La mascarilla seguirá siendo obligatoria tanto para el personal sanitario, como para los visitantes.
- Residencias de ancianos. Debido a la vulnerabilidad de las personas mayores el uso de la mascarilla seguirá siendo obligatorio tanto para el personal que trabaje allí como para los visitantes.
- Transporte público. Debido a las aglomeraciones, en todo el transporte público el uso de la mascarilla también seguirá siendo obligatorio.
- Oficinas y zonas de trabajo. En los lugares de trabajo los servicios de prevención de riesgos laborales tendrán la última palabra: establecerán las medidas preventivas adecuadas que estimen convenientes.
- En las aulas. En los centros escolares solamente se recomendará el uso de la mascarilla a profesores y o alumnos que sean vulnerables.
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