83 años han pasado desde que se crease una de las instituciones más importantes de Salamanca, la Junta de Semana Santa, una institución que se formó con el fin de coordinar las distintas cofradías que conforman la ciudad charra, así como buscar las financiaciones necesarias para restaurar y conservar las imágenes y, por supuesto, promocionar este evento tanto por España como por el mundo.
Primeramente, se fundó bajo el nombre de Junta Permanente de Semana Santa de Salamanca con el fin de recuperar las tradiciones que se estaban perdiendo en la capital, entre ellas, el Acto del Descendimiento o la Procesión del Resucitado, colocando al municipio en lo más alto de las celebraciones que se hacían a nivel nacional.
Ese 9 de abril de 1942, formaban parte de la Junta de Semana Santa el propio presidente, el obispo de la Diócesis de Salamanca, el gobernador civil, el gobernador militar, el alcalde, el presidente de la Diputación, el de la Audiencia, el fiscal jefe, el delegado provincial de Trabajo, el de Hacienda, el rector de la Universidad de Salamanca y, por supuesto, el presidente de la propia organización.
Cinco Hermandades conformaban los inicios, entre ellas: Ilustre Cofradía de la Santa Cruz del Redentor y de la Purísima Concepción de la Virgen, su madre (Vera Cruz), la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, Seráfica Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, Venerable Congregación de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Ilustre y Venerable Congregación de la Santísima Trinidad.

A lo largo de los años, se han ido incorporando otras como en 1944 (Hermandad Dominicana del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Hermandad de Excombatientes del Santísimo Cristo de la Batallas Santísimo Cristo del Consuelo y Nuestra Señora del Mayor Dolor) 1945 (Hermandad Jesús Amigo de los Niños), coincidiendo con el Reglamento de Funcionamiento de la Junta Permanente de Semana Santa; en 1947 (Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora Madre de la Sabiduría); en 1948 (Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de la Promesa y la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado).
Más tarde, en 1949 (Hermandad del Santísimo Cristo del Amparo); en 1951 (Cofradía de la Oración en el Huerto de los Olivos); en 1971 (Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz), en 1986 (Real Cofradía Penitencial del Cristo Yacente de la Misericordia y de la Agonía Redentora y Hermandad del Silencio); en 1989 (Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Vía Crucis); en 2008 (Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo); 2016 (Hermandad Franciscana del Santísimo Cristo de la Humildad), coincidiendo con la aprobación de los nuevos estatutos; y en 2020 (Cofradía Penitencial del Rosario).
Entre esos años, en 1994, más en concreto el 13 de abril, se realizó una revisión de estatutos para adaptarse al código canónico del 25 de enero de 1983. La modificación más reciente data del pasado año 2024, donde se realizó una adecuación de los estatutos a las normas de las cofradías de la diócesis. En la actualidad, la junta de Semana Santa de Salamanca cuenta con un total de 18 Cofradías, Hermandades y Congregaciones que forman un bonito enclave para engalanar la ciudad de cara a unas fechas tan queridas por por los charros y visitantes del municipio.
Francisco Hernández, actual presidente de la Junta de Semana Santa de Salamanca ha destacado que “hay que poner en valor todo lo que ha hecho esta organización”, en la que “ha habido una evolución constante” hasta llegar a ser “una institución reconocida por todos los salmantinos”.

Con el paso de los años, el nivel de exigencia ha aumentado, tanto por lo que quiere la propia sociedad como por la Diócesis, a cuyos objetivos está encantado de atender el propio presidente. Si algo ha cambiado, y ha explicado Hernández, está “la proyección hacia fuera que tenemos de Salamanca, un cambio sustancioso para sacarla fuera de la ciudad y que sea conocida en todo el mundo. Ha habido cambios como el pregón de la Semana Santa, donde tenemos personalidades, políticos, militares, académicos, eclesiásticos”.
Además, ha hecho hincapié en el fin primero de la Semana Santa que es “salir a la calle por la manifestación pública de fe” pero siempre teniendo en cuenta que “hay que agradecer el trabajo que hace el Ayuntamiento de Salamanca y la Junta de Castilla y León por el impacto turístico que se logra, con la que trabajamos conjuntamente”.
Por último, y por el gran entorno que existe en la ciudad: “Salamanca es única y sus calles están hechas para la Semana Santa”. Desde 11 y hasta el 20 de abril, las calles se llenarán de fe, de meses y meses de trabajo y, esperando por parte de todos, que el tiempo respete y se porte para ver las calles repletas de emoción.
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