Se cumplen 120 años de la muerte de Gabriel y Galán, el poeta salmantino que "entró, por derecho propio, en el escalafón de los inmortales"

Miguel de Unamuno se convirtió en su "primer admirador de talla" al conocer la composición 'El Cristu benditu'

Estatua de Gabriel y Galán. Foto: Patricia Hernández
Estatua de Gabriel y Galán. Foto: Patricia Hernández

"Galán ha muerto, y sobre su tumba entreabierta ha caído lluvia abundante de lágrimas, rocío del corazón que habrá demostrado al espíritu del poeta cuán grande era el cariño que su pueblo le profesaba". Con estas palabras, El Adelanto de Salamanca anunció hace 120 años el fallecimiento del fradense a consecuencia, probablemente, de una apendicitis aguda. Tenía 34 años, un legado reseñable y el respeto y admiración de la sociedad charra y española. De hecho, era uno de los poetas más leídos del país.

"Su nombre había entrado, por derecho propio, en el escalafón de los inmortales". Huyó del modernismo imperante de la época para defender la tradición, la familia, el dogma católico o la vida campesina en sus obras. Esta singularidad, admirada por autores de la talla de Emilia Pardo Bazán, aumentó a partir de su establecimiento en Guijo de Granadilla (Cáceres) en 1898. Decidió entonces apostar por el dialecto extremeño. También fue de los primeros escritores en denunciar la miseria de la comarca de las Hurdes. 

Relación con Unamuno 

Su consagración como poeta se produjo de la mano de los Juegos Florales celebrados en 1901 en Salamanca. José María Gabriel y Galán se presentó con 'El ama', una composición inspirada en la reciente muerte de su madre que, al ser leído por el rapsoda Ramón Barco, llenó de emoción al público asistente del Teatro Bretón. Algunos, incluso, no pudieron contener el llanto al escuchar versos tan sentidos como los siguientes: 

Las sales de mis lágrimas amargan
el pan que me alimenta;
me cansa el movimiento,
me pesan las faenas,
la casa me entristece
y he perdido el cariño de la hacienda.

¡Qué me importan los bienes
si he perdido mi dulce compañera!

El jurado presidido por Unamuno y compuesto, entre otros, por el escritor Francisco Fernández Villegas 'Zeda', falló por unanimidad a favor de Gabriel y Galán, que posteriormente se alzó como triunfador en los Juegos Florales de Zaragoza, Sevilla, Lugo y Buenos Aires. El país comenzaba a ser conocedor de un talento que ya había percibido el por entonces rector de la Universidad de Salamanca.

"Se convierte en el primer admirador de talla del poeta salmantino ya desde 1900. A través del hermano de este, Baldomero, conoce la poesía 'El Cristu benditu', de la que hace los más encendidos elogios. Don Miguel aprende el poema de memoria y lo recita a las personalidades literarias del momento en cuanto tiene la menor ocasión", mantiene Enrique Rodríguez Cepeda en 'Más sobre Unamuno y Gabriel y Galán'. 

Estatua de Gabriel y Galán
Estatua de Gabriel y Galán. Foto: Patricia Hernández 

Unamuno fue, en cierto modo, el protector de Galán, con el que intercambia correspondencia durante cinco años, hasta la muerte de José María. "En las cartas, el carácter del rector de la Universidad de Salamanca se manifiesta en todo su brío, así como la lucidez y el sincero sentido de la amistad del poeta de Frades", añade Enrique Rodríguez. Las misivas también reflejan la admiración que ambos se profesaban, los consejos que se daban para avanzar en sus respectivas carreras literarias e incluso su deseo de calmar las disputas existentes.

La última carta data del 3 de enero de 1905. En ella, Miguel de Unamuno se dirige avergonzado a su "querido amigo" por no haberle escrito previamente para manifestarle su pesar "por la muerte de su padre", al que conoció "algo" y que le "era sumamente simpático". Acaba la misiva "deseándole un año más venturoso al que finó, y en que los nuevos triunfos que habrá de obtener no vayan amargados por otras desgracias". No hubo contestación. Tres días después, el día 6, José María Gabriel y Galán murió en el municipio cacereño de Guijo de Granadilla. 

Muerte y reconocimiento

Gran parte de la sociedad salmantina supo del fallecimiento del poeta el sábado 7 de enero. El Adelanto informó de la misma en una noticia de última hora llegada a redacción al entrar en máquina el número de ese día e insertada al final del diario. La portada incluía, en cambio, un artículo que avanzaba el delicado estado de salud del oriundo de Frades de la Sierra: "Se halla gravísimamente enfermo a consecuencia de una fiebre gástrico nerviosa, y el médico que le asiste no oculta sus temores de que la enfermedad pudiera tener rápido y fatal desenlace, a consecuencia de un colapso cardiaco". 

'La muerte de Galán'. El Adelanto de Salamanca
'La muerte de Galán'. El Adelanto de Salamanca

El diario convencional se acompañó de un ejemplar extraordinario dedicado a la muerte de José María, con declaraciones de personalidades de la época, entre las que no podían faltar las de su amigo y protector, Miguel de Unamuno: "Cuando aún no se ha apagado de nuestros oídos el eco del último triunfo de Galán, nos hiere en ellos la triste nueva de su muerte. Entonó dos de sus más hermosos cantos, cantando a la muerte de su madre primero, y a la de su padre después, y la muerte viene ahora y se lo lleva. ¿Quién cantará por él?". 

El lunes 9 de enero, el extinto periódico abogó por la necesidad de rendir homenaje al ilustre charro: "Se impone probar con actos, que Salamanca sabe y quiere honrar a sus hijos predilectos con algo más que con lágrimas y con palabras; con obras duraderas, demostrativas de la grandeza de nuestro sentir. Hay que honrar a Galán. ¿Cómo? Yo no lo sé, aunque ideas hay ya iniciadas, dignas del poeta". 

Ese homenaje se materializó en un grupo escultórico formado por tres estatuas, obra de Cristóbal González Quesada: la que representa al poeta y las relativas a 'La montaraza' y 'El Ama'. Todas ellas se encuentran en la plaza de Gabriel y Galán, donde se ubica igualmente la biblioteca municipal homónima. Asimismo, su lugar de nacimiento, Frades de la Sierra, conserva la casa en la que crío a modo de museo, con distintos recursos interpretativos y ediciones de sus poemarios.   

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