La salud, la educación y la familia son las principales preocupaciones de los jóvenes españoles, según el informe 'Jóvenes españoles 2021' de Fundación SM, que analiza de manera exhaustiva la realidad de esta generación en España, en un contexto global marcado por las consecuencias sanitarias y socioeconómicas de la pandemia provocada por la COVID-19.
Asimismo, recoge, como elemento identificativo de todos los estudios de juventud elaborados por la Fundación SM, un análisis longitudinal partiendo de los datos acumulados de una experiencia de investigación de más de 30 años.
Así, el estudio, realizado sobre una muestra base de 1.200 entrevistas, pone de manifiesto que para un 96% de los participantes, la salud y la educación son los pilares fundamentales para los jóvenes junto a la familia (95%).
Según el informe, los centros educativos son para ellos el lugar principal donde se dicen las cosas importantes. Y más de la mitad reconoce que el colegio o el instituto en el que han estudiado les ha aportado educación en valores (68%), conocimientos útiles (66%) y aprendizaje para convivir democráticamente (61%).
En época de inseguridades y cambios, como la vivida a raíz de la pandemia, la familia aparece como un claro referente, y es para los jóvenes españoles el segundo lugar donde se dicen las cosas trascendentales.
Asimismo, aumenta la espiritualidad en la vida cotidiana de los jóvenes, sobre todo en la búsqueda de consuelo y fortaleza a raíz de la muerte de un ser querido (52%) y en los momentos difíciles de su vida (50%).
Igualdad de género y medioambiente, sus banderas generacionales
Asimismo, están muy concienciados por las cuestiones medioambientales desde el año 2005, siendo el cambio climático el principal problema de España para 8 de cada 10 jóvenes.
Los datos de este último estudio de la Fundación SM señalan también que el 80% de los jóvenes considera que la protección del medioambiente debe ser una prioridad, y que su estilo de vida es importante para la conservación del planeta, aunque una cuarta parte piensa que la crisis climática es una exageración.
La igualdad de género también es muy importante, en este caso para el 90% de los jóvenes, quienes interpretan en su mayoría que la situación de las mujeres es peor que la de los hombres en lo que respecta a los salarios (45%), la presencia en puestos de toma de decisiones en el ámbito empresarial y político (43%), el reparto de tareas (42%) y responsabilidades en el hogar (40%), y el trato recibido en las redes sociales (un 42%).
Redes sociales
Por otro lado, el estudio desvela que Internet es el espacio en el que discurre su vida, siendo la comunicación y el entretenimiento audiovisual sus usos principales.
A pesar de que utilizan las redes para relacionarse, disminuye el valor de la amistad, que se concibe desde un espíritu crítico y vigilante. Así, los amigos han pasado de ser muy importantes para el 62% de los jóvenes en 2017 a serlo solo para el 49% en 2020.
También se muestran preocupados por su imagen en redes, y un 25% reconoce haber sido "agredido, maltratado o intimidado a través del teléfono móvil o Internet en el último año".
Internet también es para ellos una fuente de información importante, donde mantienen una actitud alerta ante la desinformación. En este sentido, se sienten insatisfechos con la clase política, ya que el 71% de los jóvenes cree que los políticos no les tienen en cuenta, por lo que el 39% asegura estar implicado en el activismo online.
No obstante, a pesar de ser puramente tecnológicos, el 42% reconoce leer en papel. Según el informe, en la última década se ha producido un aumento en el hábito de la lectura por parte de la población joven, pues el porcentaje de jóvenes no lectores ha descendido desde el 51% de 2005 a un 12% en la actualidad; por su parte, la proporción de grandes lectores (más de 8 libros al año) muestra a un grupo de jóvenes que ha aumentado desde el 8% de 2005 al 41% en 2020.
El informe también indica que, aunque los jóvenes están preocupados, ante el futuro se muestran algo optimistas, ya que el 46% considera que tendrá una mejor vida que la de sus padres, pero el 49% cree que tendrá muchas dificultades para trabajar en lo que les guste, para conseguir una vivienda adecuada (48%) y para formar una familia (41%).
Por eso, más de la mitad (52%) cree que es bastante probable que tengan que emigrar para poder trabajar en el futuro, especialmente para mejorar la calidad de vida o para encontrar trabajos mejor pagados.