“Salí de Kiev y crucé la frontera con Polonia andando, allí encontré un autobús que venía a Salamanca, de aquí no quiero volver”

Refugiados como Liudmyla Mytenko llegó a la ciudad tras los bombardeos que asolan Ucrania, Masooda Momand huyó de Agfanistan para ser "libre" o Papa Wallx y Claudio Cornejo por la situación que vivían en sus paises. Todos ellos han encontrado en la capital una nueva vida

Refugiados junto a miembros de la asociación Ymca de Salamanca. Foto S24H.
Refugiados junto a miembros de la asociación Ymca de Salamanca. Foto S24H.

Miles de personas huyen a diario de sus países dejando atrás sus casas, familia y amigos con la esperanza de que la vida le ofrezca una situación mejor en otras ciudades. Salamanca es una de esas ciudades en las que los refugiados pueden iniciar una nueva vida.

La guerra que asola a Ucrania desde el pasado mes de febrero provocó que al igual que Liudmyla Mytenko, miles de personas tuvieran que marcharse del país huyendo de la barbarie. La joven encontró en la capital un lugar del que ya no quiere marcharse. Residente en Kiev, se vio obligada a marcharse de la ciudad hacia un pueblo cercano, al que días después también llegaron los bombardeos.

Un viaje muy “largo y difícil” hasta llegar a Salamanca donde la esperaba su tía. Todo ellos no sin antes encontrarse un arduo camino. “Tras salir de Kiev fui hacia la ciudad fronteriza de Ternópil y luego crucé la frontera con Polonia andando, allí encontré un autobús que venía directo a Salamanca, de aquí no quiero volver”, relata la joven ucraniana a Salamanca24horas.

Precisamente en esa frontera se encontró una cola de 18 kilómetros de largo de personas esperando para cruzar “sin coche ni nada, estaban todos andando”, prosigue Yuliya Protesenko. Un viaje que duró 7 días y que tras llegar a España asegura sentirse más tranquila. “Me gusta mucho, no quiero volver”, concluye ayudada por su traductora, Yuliya Protesenko. Adaptándose aún a la ciudad, a través de la asociación ‘Acoge’ encontró todo lo necesario para empezar una nueva vida al igual que lo hacen con el millar de personas que atienden anualmente, destacan Irene Ovalle y Saraí Reyes, de la fundación ‘Acoge’.

La privación de los derechos de las mujeres en países como Afganistán provocó que el empeño de mujeres como Masooda Momand por estudiar, formarse e incluso ser libre decidieran marcharse de su país. Ahora en Salamanca ve la vida con diferentes ojos. “La situación en Afganistán está muy mal, las mujeres no pueden trabajar, las niñas de más de 12 años no pueden estudiar… no podemos hacer nada”, relata la refugiada afgana a este medio.

Masooda Momand, junto a su marido en la Plaza Mayor de Salamanca. Foto S24H.
Masooda Momand, junto a su marido en la Plaza Mayor de Salamanca. Foto S24H.

Junto a su marido y la hija de ambos, Masooda Momand cogieron un vuelo militar a Dubái y desde allí un avión a España, tras lo que pasaron a residir en Barcelona aunque su empeño por estudiar y quizás, cosa del destino, provocaron que entrara en la Universidad de Salamanca.

“Los cambios han sido muchos, la situación es muy diferente, allí las mujeres no tenemos ningún derecho y aquí puede estudiar o salir sola sin su marido. Allí para ir al médico o a cualquier sitio se necesita estar acompañadas de un hombre. Aquí tenemos derecho a todo” concluye la joven.

Papa Wallx y Claudio Cornejo, senegalés y peruano, respectivamente encontraron en su llegada a Salamanca a sus ángeles de la guarda, los miembros de la asociación Ymca. Y es que aunque ambos no eligieron la ciudad, llegaron a ella con la esperanza de encontrar una vida mejor.

Además de las guerras, hay más de problemas que hacen que las personas tengan que huir de su país, algunos de ellos tales como ser perseguidos por su orientación sexual o ser torturados por sus religiones, asegura Cristina Martín, miembro de Ymca.

Wallx dejó atrás todo y decidió montarse en un barco para buscar una vida mejor. Los problemas en Perú hicieron que Cornejo, acompañado por su madre, decidieran un día montarse en un avión para ‘volver a empezar’ en Salamanca y con la esperanza de que el destino le ‘regale’ aquello que venían buscando.

Papa Wallx, Cristina Martín y Claudio Cornejo en la Plaza Mayor. Foto S24H.
Papa Wallx, Cristina Martín y Claudio Cornejo en la Plaza Mayor. Foto S24H.

Más de 1.000 personas han solicitado protección internacional en Salamanca

Coincidiendo con el Día Mundial de las Personas Refugiadas diversas entidades sociales de Salamanca llevaron a cabo este lunes una concentración en la Plaza Mayor para visibilizar la situación de los refugiados en los países de origen, denunciar las dificultades de acceso al procedimiento de asilo en nuestro país y recoger apoyos en favor de la regularización de las personas migrantes.  

Según cifras facilitadas por estas asociaciones, en la provincia más de 1.000 personas han solicitado protección internacional en los últimos años, según datos de la Oficina de Asilo y Refugio. En 2021, y aún en plena pandemia, más de 200 personas lograron solicitar asilo en nuestra provincia y, en lo que va de año, se suman ya otras 129 personas. Otras tantas, o incluso más, probablemente se encuentren esperando para que el Ministerio del Interior les facilite una cita y poder acceder al procedimiento en nuestra provincia.

Esta población que solicita refugio procede principalmente de países latinoamericanos y africanos (Venezuela, Colombia, Malí, etc.) Donde los conflictos lejos de apaciguarse siguen en escalada. Se incluyen en estos datos a un buen número de mujeres y familias afganas que, tras la toma del poder en Afganistán por los talibanes en agosto de 2021, han sido acogidos por el Gobierno en nuestra ciudad, dejando atrás a sus familias y amigos, quizá para siempre.

Y, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, más de 230 personas en el primer trimestre del año ya habían solicitado la protección temporal para personas desplazadas desde dicho país en Salamanca.  

Día mundial de los refugiados
Día mundial de los refugiados

 

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