Este lunes, la agencia de viajes Thomas Cook, la más antigua del mundo, se declaraba en quiebra, dejando a cientos de miles de turistas en todo el mundo ‘tirados’ sin sus reservas, ya que la empresa ahora administra hoteles, resorts y aerolíneas para 19 millones de personas al año en 16 países.
Actualmente cuenta con 600.000 personas en el extranjero, lo que obliga a los gobiernos y a las compañías de seguros a coordinar una gran operación. Sin embargo, sus 1.700 millones de libras de deuda han paralizado a Thomas Cook, que también se ha visto afectado por la competencia en Internet. La ola de calor europea del año pasado afectó igualmente a la empresa ya que los clientes pospusieron las reservas a última hora.
Salamanca tampoco se ha visto ajena a esa quiebra, y es que en agosto de 2018 se anunció que la agencia Thomas Cook era la encargada, tras firmar un acuerdo con Air Europa, de conectar Matacán con nuevos destinos tanto en España -concretamente las Islas Canarias y Baleares- así como en Europa -con una escala en los destinos españoles.
Así, queda en el aire el futuro de Matacán, ya que tras esta primavera y verano, se esperaba que los vuelos hasta Palma de Mallorca, Ibiza y Las Palmas de Gran Canaria se afianzasen y permitieran aumentar el número de pasajeros, que en agosto volvió a caer.
En lo que a Thomas Cook respecta, el presidente ejecutivo, Peter Fankhauser, ha asegurado que lamenta profundamente el cierre de la empresa después de que no pudiera asegurar un paquete de rescate de sus prestamistas, y ha querido disculparse con sus “millones de clientes y miles de empleados, proveedores y socios que nos han apoyado durante muchos años”.
La quiebra de Thomas Cook marca el final de una de las empresas más antiguas de Reino Unido que comenzó en 1841 llevando a cabo excursiones en tren locales antes de sobrevivir dos guerras mundiales para ser pionera del turismo.
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