Este 20 de abril, Domingo de Resurrección, la Cofradía de la Vera Cruz protagoniza la jornada con su procesión del Encuentro.
Con ella, tiene lugar uno de los momentos más tristes de la Semana Santa, pues es la procesión que la culmina, aunque también, atendiendo al prisma más espiritual, supone uno de los más festivos: el encuentro al que hace referencia no es otro que el de Jesucristo y su madre, la Virgen. Además, es una procesión, que de alguna, en realidad son tres, al contar con distintos itinerarios: la salida de la Virgen de la Alegría, la salida de Jesús Resucitado y el encuentro entre ambos.
Así, este Domingo de Resurrección se ha iniciado por las calles salmantinas en torno a las 10:15 horas, cuando la Virgen de la Alegría partía desde la Iglesia donde la Cofradía tiene establecida su sede canónica, la Capilla de la Vera Cruz.
El desfile ha sido similar al de años anteriores pasando por el paseo de las Úrsulas, calle Bordadores, plaza de Monterrey, calle Prior, Prado, avanzando hacia la plaza del Corrillo, calle Quintana, plaza Poeta Iglesias, siguiendo por la calle San Pablo, Tostado, plaza de Anaya y atrio de la Catedral. En este primer acto han participado miembros de todas las cofradías integradas en la Junta de Semana Santa.
Ha sido sobre las 10:45 cuando ha salido desde el mismo templo la procesión de Jesús Resucitado. Mucha emoción también en estos instantes que recuerdan la resurrección del hijo de Dios en la Tierra.
Desde la Vera Cruz, ha recorrido las calles Domínguez Berrueta, Ramón y Cajal, plaza de las Agustinas, Calle Compañía, Rúa Antigua, plaza de San Isidro, calle Libreros, Calderón de la Barca, Benedicto XVI y atrio de la Catedral.
Allí, en el Atrio, ha tenido lugar el tradicional encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría, un momento lleno de solemnidad, pero también emoción y gozo por lo que simboliza, por ser la reunión de una madre y un hijo. Frente a él, la Virgen ha podido deshacerse del mato de luto que la cubría.
Tras dicho encuentro, la procesión ha continuado de manera conjunta, lo que, sin duda, le otorga aún más fuerza a un momento único de la Semana Santa. Un momento en el que la devoción y la fe unen fuerzas frente al amor maternal y la celebración de la vida.
Ambos pasos, junto al Lignum Crucis y las tres Marías junto al Ángel anunciador y el sepulcro vacío, han recorrido la plaza de Anaya, Rúa Mayor, calle Quintana, plaza del Poeta Iglesias, Plaza Mayor, calle Prior, plaza de Monterrey, calle Bordadores y paseo de las Úrsulas para entrar posteriormente en la Iglesia de la Vera Cruz cruzando el dintel del templo, en lo que supone la despedida a la Semana Santa 2025.
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