A mediados de febrero, las autoridades municipales se vieron obligados a precintar un establecimiento de la calle Van Dyck por no cumplir con las medidas de sanidad. La Policía Local accedió al interior de la tienda y se encontró una estampa nada agradable, por lo que cerraron de forma momentánea esta tienda.
Con los dueños de este comercio de alimentación, se llegó a un acuerdo por el cual se levantaría el precinto y únicamente entrarían para realizar labores de limpieza en el interior, algo que no cumplieron, ya que solamente se abriría la tienda para llegar a adecentar el local en materia de salubridad.
Como no se estaban realizando estos trabajos, este lunes, 3 de marzo, las autoridades municipales han tenido que cerrar definitivamente con un candado de seguridad el lugar, para evitar que entren los dueños y pusieran en riesgo la salud de las personas que consumían en él.
De momento, y al no cumplir lo acordado con el Ayuntamiento de Salamanca, el consistorio ha trasladado el caso a la Junta de Castilla y León, que será la que tome la decisión definitiva sobre qué hacer con el establecimiento de la calle Van Dyck, una de las más transitadas de la capital del Tormes.