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El “placer insustituible” de la fotografía analógica revive para “disfrutar de la belleza”, pese a no ser “rentable ni útil”

El profesor de Periodismo Gráfico en la Facultad de Comunicación de la UPSA, Pablo Rey, destaca lo atractivo del proceso para la generación Z, que se divide en “la previsión, la incertidumbre, la práctica y la emoción”

La Rúa Mayor de Salamanca en analógico. Foto cedida de Andrés Rodríguez

En tiempos digitalizados, donde prima la inmediatez y la capacidad de atención se limita a los quince segundos que dura un vídeo de TikTok, ha tenido lugar un fenómeno que nació hace unos años hasta instaurarse de nuevo: la fotografía analógica.

Atraídos por la esencia de capturar el momento en una única oportunidad y poder disfrutar de un proceso que no quede olvidado en la nube, la generación Z ha rescatado la manera tradicional de fotografiar los recuerdos para convertirlos en eternos.

“Todo lo anterior es algo que ya no es necesario, pero es bonito”, asegura Pablo Rey, profesor de Periodismo Gráfico en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca, defendiendo que esta práctica renace y se mantiene porque “proporciona un placer insustituible” al igual que otras actividades como “hacer calceta, montar a caballo, cuidar de un huerto o escribir con pluma”.

Todo este conjunto mantiene la misma raíz, “no son necesarias” porque “hay ropa barata, transporte público, supermercados o bolis que no manchan”, no se eligen por ser “rentables, útiles o rápidas”, sino por el proceso que conllevan, igual que aquel que prefiere “practicar remo o navegar a vela. No pretende llegar antes, sino disfrutar del mientras tanto”.

Sin embargo, las generaciones anteriores se encuentran divididas. “Conozco profesionales de la época del celuloide que no han vuelto a revelar”, pero otros fotógrafos “nunca han dejado de revelar en casa”. Con respecto a las nuevas generaciones, Rey lo relaciona con una cuestión de “interés y pasión” más que de nostalgia o imitación. “Siempre he tenido alumnos que han experimentado con la analógica, los más interesados, cada año uno al menos”.

Previsión, incertidumbre y práctica: los pilares de la fotografía química

La fotografía tradicional guarda algunas diferencias con la fotografía digital y es uno de los motivos por los que atrae a aquellos que no vivieron su auge en décadas anteriores.

En primer lugar, este tipo de arte requiere de “previsión” ya que el número de disparos es “limitado”, lo que implica “seleccionar, escoger y rechazar”.

También, implica “incertidumbre” porque “no sabes si debes corregir algo en el momento, cuando aún estás a tiempo” y como toda actividad necesita “práctica” para “ganar pericia en el terreno técnico y así mejorar en confianza”.

Esta mezcla hace que el resultado final esté lleno de más “emoción” que inmortalizar el momento con la cámara de un ‘smartphone’ que ofrece un amplio abanico de ajustes y parámetros instantáneos.

Un arte que va mucho más allá si se revela en casa, donde el “componente artesano” se vuelve protagonista. “Los olores de los líquidos, la paciencia con los tiempos, el tacto del celuloide, las tiras de negativos secándose o la búsqueda de foco con la lupa en la caja de luz; luego la luz roja y el cuidado con el papel”, son las partes que destaca Rey y que conforman este proceso tan singular.

Entre las peculiaridades de esta creación también señala “el momento en el que tienes el sobre con las copias, todavía sin abrir, sin saber qué habrá salido exactamente, y si esa foto que has recreado en la cabeza será exactamente así” asegurando que “eso es la foto analógica. Siempre ha sido así”.

No obstante, el profesor aclara que actualmente “conocer la historia de la fotografía ayuda a ser mejor profesional”, es decir, tener conocimientos sobre “qué y cómo se hacía, por qué y para qué”, aunque “no creo que haga falta revelar en papel para ser experto”, pero sí “entender el proceso”. Una opinión totalmente opuesta si la meta es lograr ser profesor o investigador en el campo del audiovisual, donde considera que se debe conocer “indudablemente” los métodos e instrumentos anteriores.

Disfrutar de la belleza sin que esté asociada a la utilidad o rentabilidad”

Pese al avance tecnológico y la diversidad de dispositivos, lo analógico pervive porque “siempre hay un nicho de mercado dispuesto a pagar más para disfrutar de algo y que no lo necesita por trabajo”.

La era digital ha sustituido unos problemas por otros. Ahora las dificultades son “la inmediatez, el procesado sobre la marcha o la conexión wifi” mientras que la fotografía tradicional “es cara, no es útil ni profesional y, a veces, ni siquiera ofrece mejor garantía de calidad”.

“Recuerdo hacer partidos de fútbol o conciertos en analógico y me daría miedo volver a enfrentarme a eso. No por la técnica, sino por las prisas, las carreras, el traslado físico de carretes y negativos o la hora de cierre”, confiesa el catedrático, pero asegura que “cada época tiene sus inconvenientes”.

Por el contrario, se descarta que el auge de estos últimos años esté relacionado “con un movimiento artístico que lo reclame para sí”, pero es “indiscutible” que la fotografía analógica “se ha vuelto al campo del arte: disfrutar de la belleza, sin que esté necesariamente asociada a parámetros de utilidad o rentabilidad”.

La Rúa Mayor en analógico. Foto cedida de Andrés Rodríguez
Comentarios
Una pena Hace 4 días (11/07/2024 17:04)
Ya poco le queda. Igual que desapareció ya la diapositiva. Tiempo llevo buscando carretes y quien lo revele pero nada.. Una pena. Así tendrá que ser
Charro Hace 4 días (11/07/2024 14:26)
Salamanca belleza en estado puro. La cantidad de fotografías hechas por los turistas. En otras no hay foto que sacar porque no cuentan con Patrimonio
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