Del olvido a entrar en el Panteón de París: Celestino Alfonso, el salmantino y héroe francés por su lucha contra el nazismo que ha hecho historia

Desde este miércoles, en el ochenta aniversario de su asesinato, el oriundo de Ituero de Azaba ha 'entrado' en el famoso monumento que honra a los grandes personajes de Francia como "combatiente, resistente y defensor de la libertad"

Celestino Alfonso
Celestino Alfonso

El salmantino Celestino Alfonso ha hecho historia al convertirse en el primer español en entrar en el Panteón de París como "combatiente, resistente y defensor de la libertad". Y es que su nombre, junto al de otros compañeros de lucha contra el nazismo, figura desde este miércoles en una placa situada en el famoso monumento francés que honra a los grandes personajes que han marcado la historia del país, donde también han sido trasladados los restos de Missak Manouchian, responsable de FTP-MOI, y de su esposa, Mélinée.

Pese a protagonizar este hito histórico y a ser considerado como un héroe en Francia, el nombre de Celestino Alfonso, asesinado el 21 de febrero de 1944 en Mont Valérien, ha pasado desapercibido para muchos españoles e incluso compatriotas salmantinos. También hay quien lamenta que las personalidades políticas locales y regionales no le den la importancia que se merece ni asistan a los homenajes celebrados en su honor. Pero, ¿quién fue este charro combativo que ha logrado colarse en las páginas de los libros de historia?

Incorporación a la Resistencia francesa tras colaborar en la Guerra Civil 

Nacido el 1 de mayo de 1916 en el municipio salmantino de Ituero de Azaba, Celestino Alfonso se trasladó con su familia a Francia, a un barrio de la periferia de París, cuando apenas contaba con once años. Allí creció y ejerció de obrero carpintero al tiempo que empezaba a mostrar sus inquietudes políticas. Fue elegido responsable de las Juventudes Comunistas en Ivry y, en agosto de 1946, tras el estallido de la Guerra Civil española, regresó a nuestro país para combatir como voluntario en el bando republicano. Comenzó el conflicto siendo sargento en una unidad de ametralladoras, pero durante el transcurso de la lucha armada fue ascendido a teniente y, poco después, nombrado Comisario político de la segunda Brigada Internacional con el grado de capitán.

Celestino Alfonso
Celestino Alfonso

De regreso a Francia en 1939, Celestino Alfonso “va a dar con sus huesos a un campo de concentración llamado ‘de acogida’ (Argelès), de donde logra salir para trabajar de carpintero” en la capital, relata Alberto Fernández en ‘Resistentes españoles en la batalla de París’. “Hasta aquí nada excepcional en su vida y en su conducta”, añade. Todo cambió a principios de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando alguien le propuso incorporarse a Francotiradores y Partisanos Franceses (FTPF), un movimiento de resistencia armada creado por el Partido Comunista Francés para luchar contra el régimen de Vichy y las fuerzas ocupantes del Tercer Reich.

El mismo año de unirse a las filas de FTPF, el salmantino, con el alias de Pierrot, participó en las operaciones del 2º Destacamento español de la MOI hasta su disolución en octubre. “Como premio a su valor en el combate, su espíritu de decisión en los momentos de peligro, su entusiasmo y su fe, recibe, sobre todo, el aprecio de sus camaradas y de sus superiores. Era un hombre de cuerpo entero, plenamente comprometido en la defensa de una causa que creía justa, y no un aventurero ‘amateur’ de sensaciones o deseoso de enriquecerse”, defiende Alberto Fernández.

Celestino Alfonso logró salvarse de las detenciones que afectaron a compañeros como Domingo Tejero pese a “que se le conoce y corre peligro”, según los documentos de la policía acerca de las redadas de la Unión Nacional Española (UNE) citados por los profesores Charles Farreny y Henri Farreny en su artículo ‘Morir en París. Figuras olvidadas de la Resistencia española en Francia’. Pierrot se esconde entonces en Orléans, y, en julio de 1943, ingresa de nuevo en los FTP-MOI de París, conocido como ‘grupo Manouchian’, en clara alusión al nombre de su líder.

Acciones destacadas en su lucha contra el nazismo 

El grupo comandado por el armenio Missak Manouchian lleva a cabo numerosos actos. Dos de los más destacados, en los que Pierrot participa, son las ejecuciones de Von Schaumburg, comandante del Gran París, y Julius Ritter, general de las SS y responsable del Servicio de Trabajo Obligatorio en Francia. Este último, conocido en toda Europa como El Negrero, era un hombre “sin escrúpulos, ambicioso y cruel” - señala Alberto Fernández- que era difícilmente identificable. “No se poseían fotos suyas, sus andanzas por los diversos países del continente fueron poco divulgadas”. La investigación de los FTP-MOI fue lenta, pero eficaz, ya que lograron descubrir dónde vivía y las horas en las que salía de su domicilio y en las que llegaba a su trabajo.

El plan de ejecución se puso en marcha a las 8:45 horas del 28 de septiembre de 1943. Ritter salió de su vivienda ubicada en la calle Petrarque y se subió a su coche en compañía del chófer y de un can policía. El vehículo aminoró la marcha para tomar una curva a su llegada a la plaza de Trocadero, momento que el salmantino, pistola en mano, aprovechó para disparar a bocajarro al general de las SS. "Este intenta abrir la puerta; Alfonso continúa tirando sobre él, sobre el perro, sobre el conductor. Salta del estribo a la acera y, debidamente cubierto por Fontano y Rayman, se lanza avenida abajo para reunirse con sus compañeros en el escondrijo previsto", sigue relatando Fernández. 

Detención y muerte

Affiche rouge
Affiche rouge

Los alemanes crearon un cartel de propaganda, el 'Affiche rouge', y lo pegaron masivamente en Francia. Era la sentencia a muerte de veintitrés combatientes del grupo Manouchian, entre los que figura Alfonso, "español rojo, 7 atentados". El salmantino fue detenido unos meses antes, en octubre de 1943, al poco de salir del domicilio de la calle Tolbiac donde vivía con su mujer, Adoración Arias, y su hijo, Jean. Junto al resto de compañeros señalados en el famoso cartel, fue juzgado por un tribunal militar y fusilado el 21 de febrero de 1944 en el fuerte del mont Valérien. 

Horas antes de ser ejecutado, Celestino Alfonso escribió una carta a su familia que reza lo siguiente: "Hoy a las tres seré fusilado. No soy más que un soldado que muere por Francia. Sé por qué muero y estoy orgulloso. Mi vida ha sido un poco corta y espero que la vuestra sea más larga". Como bien indica en la misiva, el salmantino vivió solamente 27 años, pero, a partir de este miércoles, figura para siempre junto a los grandes personajes de la historia del país galo. 

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