La Dirección General de Tráfico está dispuesta a terminar con uno de los puntos negros de Salamanca. Se trata de la rotonda de E. Leclerc donde no es raro que cada poco tiempo se registre un accidente.
Se trata de un punto con una alta densidad de tráfico y donde se conectan diferentes vías como el acceso a la A-50, la salida sur de Salamanca, la circunvalación que conecta con la A-66 o la carretera de Alba de Tormes.
Con la idea de reducir la siniestralidad se ha comenzado a colocar un radar de tramo para controlar la velocidad en la mencionada glorieta. Por el momento solo están dispuestos los pilares con placas solares, uno en la entrada a la glorieta por la circunvalación, y otro cerca de la salida hacia la A-50, pero sin estar instaladas las cámaras de control de velocidad.
Todavía no se conoce la fecha exacta en la que este radar comenzará a multar, pero se sumará a los otros tres radares de tramo en Salamanca, uno en la CL-517 (carretera de Vitigudino entre Doñinos y Golpejas) y dos en la capital, uno de ellos situado en la avenida de Lasalle y otro en Huerta Otea.
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