La noche del Miércoles Santo suele ser una jornada movida en Castilla y León, ya que el Jueves Santo es fiesta en toda la región. Sin embargo, dado que este año no se vuelve a celebrar la Semana Santa debido a la pandemia y que las restricciones para evitar la expansión del coronavirus impiden salir de casa más allá de las 22:00 horas, cabría esperar que la noche del miércoles y la madrugada del Jueves Santo se tornara en un periodo tranquilo.
No ha sido así y la Policía Local ha tramitado cerca de un centenar de denuncias: 64 por incumplir el toque de queda, 30 por no utilizar la mascarilla y 2 intervenciones en viviendas por reuniones ilegales con presencia de personas no convivientes en el domicilio.
El regreso de los universitarios a sus lugares de origen no ha supuesto una rebaja sustancia en los incumplimientos de las restricciones, que incluso han sufrido un incremento durante estas fiestas atípicas de Semana Santa.