El comandante Juan José Aliste Fernández,que el 10 de noviembre de 1995 sufrió un terrible atentado terrorista de ETA enSalamanca, ha fallecido este domingo a los 65 años. Zamorano de Rivas de Aliste, pero residente en la ciudad desde hace 34 años, el Ayuntamiento reconoció su ejemplo de tolerancia y respeto nombrándolo pregonero de las fiestas patronales en septiembre de 2014.
Casado con Chelo Blanco y padre de tres hijos, Raúl, Leticia y Raquel, Juan José Aliste fue víctima del segundo atentado que la banda terrorista realizaba en Salamanca; el primero fue el 2 de septiembre de 1992, y costó la vida a Antonio Heredero, coronel del Ejército.
Con 40 años, Aliste, capitán de Infantería desde 1987 en Salamanca, se convirtió en triste protagonista ese 10 de noviembre de hace casi 25 años cuando, a las8:23 horas, una bomba lapa colocada por ETA explotaba en elcoche -un Fiat Regata- mientras circulaba por la avenida de San Agustín,junto a la plaza de toros de La Glorieta. Acabada de dejar en el San Agustín a su hija Leticia y a otras tres compañeras. Como consecuencia de este atentado, perdía las dos piernas.
Fallecido de manera repentina, sufuneral está previsto este lunes, a las 17.00 horas, en la iglesia de San Juan de Sahagún.
Un salmantino más, siempre con la sonrisa por delante
Presidente de laAsociación Víctimas del Terrorismo de Castilla y León, el pasado 11 de marzo, coincidiendo con el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, explicaba a SALAMANCA24HORAS que esperaba que su historia “sirviera de ejemploa quien lo está pasando mal para superar una delicada situación” aunque, admitía, que no era sencillo. "Hay momentos en los que estás peor. El apoyode la familia y de la gente de la calle es fundamental. Siempre hay que ir conla sonrisa por delante”.
Eligiendo como uno de sus lugares preferidos de la ciudad la plaza de Julián Sánchez 'El Charro', zona en la que residía, Aliste era un salmantino más, a los que sus casi paisanos lo reconocían, respetaban y saludaban.
Con una sonrisa que costaba retirar de su cara, el comandante aseguraba que, aunque el atentado siempre lo tenía presente, "he aprendido a convivir" con unas secuelas que lo dejaron en silla de ruedas a los 40 años. Agradeciendo el apoyo recibido siempre por su familia y los salmantinos, reconocía que superar el atentado no ha sido sencillo. "Poco a poco he ido superándolo, he conseguido salir adelante", manifestaba el pasado mes de marzo, recordando los 25 años del atentado.