La visión en las primeras etapas de la vida es un auténtico mundo por explorar. Los ojos y las habilidades visuales se van desarrollando a medida que pasan los meses.
La delegada del Colegio de Ópticos de Salamanca, Estefanía García explica a través de Salamanca24horas.com que al nacer la visión es “muy pobre”, subrayando que en este momento los bebés son hipermétropes, es decir tienen un ojo más pequeño de lo normal, y con el tiempo, a medida que el ojo crece, se forma la córnea y el cristalino se va ajustando, la visión mejora hasta que alcanza la emetropía a los 6 años, momento en que los ojos enfocan adecuadamente las imágenes en la retina.
Etapas de la visión en la infancia
Estefanía explica también que hasta los tres meses un bebé solo puede distinguir la luz y los contrastes, lo que les permite seguir los objetos. Hasta los cuatro meses no es capaz de reconocer las caras, momento en que también empieza a calcular las distancias, por ejemplo, entre la mano y la boca. Sin embargo, hasta los 7-8 meses no empiezan a arrastrarse y gatear, algo que señala como “superimportante para el desarrollo de la visión binocularidad, la fusión y la lateralidad cruzada”. A partir del año es ya cuando se establece la coordinación ojo-pie y ojo-mano.
“Los cambios en la visión durante los primeros 6 años de vida son el resultado de una combinación de factores, principalmente el crecimiento del ojo y el desarrollo del sistema nervioso visual, que permite que el cerebro y los ojos trabajen cada vez de manera más eficiente para procesar la información visual”, admite.
Miopía, hipermetropía y astigmatismo: principales problemas de visión en edad escolar
Desde el Colegio de Óptico-Optometristas de Castilla y León (COOCYL) ratifican que “cerca del 80% del desarrollo socioeducativo tiene lugar a través de los ojos durante los primeros 12 años de vida”, un periodo en el que dicen “se producen cambios en la visión que hay que controlar”.
En este aspecto, Estefanía reconoce que para cuidar la visión de los niños y adolescentes” es fundamental realizar revisiones oculares periódicas para detectar problemas a tiempo, y que “los padres deben asegurarse de que sus hijos tengan una buena iluminación cuando estudian o lean, además de fomentar descansos regulares cada 20-30 minutos de trabajo visual cercano, como leer o usar el teléfono móvil. También es importante fomentar actividades al aire libre, ya que la exposición a la luz natural puede reducir el riesgo de miopía. Mantener una postura correcta al leer o escribir y limitar el tiempo frente a pantallas también ayuda a prevenir problemas visuales”.
Las recomendaciones actualizadas sobre el uso de las pantallas, según la Asociación Española de Pediatría son 0 horas hasta los seis años y 1 hora al día desde los 7 a los 12 años.
“Se estima que en nuestro país uno de cada cinco niños en edad escolar es miope”
La miopía, la hipermetropía y el astigmatismo son las principales enfermedades oculares que más afectan en la infancia, donde la miopía es la más común: “Se estima que en nuestro país uno de cada cinco niños en edad escolar es miope”.
Las principales diferencias según explicaciones de la delegada del Colegio de Ópticos de Salamanca son:
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- Miopía: vemos borroso de lejos, por ejemplo, la televisión, la pizarra o al conducir. Esto ocurre porque el ojo es más grande de lo normal o la córnea tiene demasiada curvatura, lo que hace que las imágenes se enfoquen delante de la retina.
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- En la hipermetropía lo que se ve borroso son los objetos cercanos, por ejemplo, al leer o coser. En este caso el ojo es más pequeño de lo normal o la córnea tiene poca curvatura, lo que hace que las imágenes se enfoquen detrás de la retina.
- El astigmatismo es el enfoque del ojo y da lugar a visión borrosa tanto de lejos como de cerca. Ocurre cuando la córnea tiene una forma irregular, lo que provoca una visión distorsionada.
Otros problemas detectados en la niñez y la adolescencia
El estrabismo (cuando los ojos no se alinean correctamente) y la ambliopía u "ojo vago" (cuando uno de los ojos no desarrolla una visión normal) son otros de los problemas visuales más comunes.
Matiza Estefanía que “actualmente cada vez son más frecuentes los problemas de visión binocular como por ejemplo la insuficiencia de convergencia y los problemas de visión perceptual, es decir, de cómo llega la información que recibimos por nuestros ojos al cerebro para que este la intérprete”. Estos problemas, asegura, “están directamente relacionados con la lectura y el aprendizaje”, por lo que se recomienda una revisión visual completa a los 6-7 años, sobre todo si hay problemas de rendimiento escolar, ya que advierte que “uno de cada tres casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales no corregidos”.
“La OMS apunta a que en 2050 la mitad de la población mundial será miope”
La prevalencia de la miopía ha aumentado en las últimas décadas, especialmente entre los niños y adolescentes. Esto se debe, en gran parte, según describe Estefanía, “al estilo de vida moderno, que implica pasar muchas horas frente a pantallas y realizar actividades de visión cercana como leer o estudiar sin suficiente tiempo al aire libre”.
Por su parte, la OMS habla que, de seguir así, en el año 2050 la mitad de la población mundial será miope. Aunque respecto a esta declaración, recogida por el COOCYL, esta delegada salmantina lanza un mensaje tranquilizador: “Hoy en día tenemos distintos tratamientos para frenar el avance de la miopía como es la ortoqueratología, las lentes de contacto especiales para el control de la miopía, las lentes oftálmicas de desenfoque periférico o medicamentos como la atropina”. Igualmente, insiste en que “es importante que los padres actúen, que se informen y decidan cuál es el tratamiento más adecuado para sus hijos”.
Recomendaciones para prevenir el aumento de la miopía
Desde el Colegio de Ópticos de Salamanca se recomienda pasar tiempo al aire libre, al menos 2 o 3 horas al día; limitar el tiempo frente a pantallas y hacer descansos frecuentes cuando se usa el teléfono móvil, ordenador o se leen libros; fomentar una correcta postura y evitar que los niños lean o estudien en lugares con poca luz; así como realizar revisiones oculares al menos una vez al año, para detectar cualquier problema de visión a tiempo.
Asimismo, hacen hincapié en que la prevención “es crucial”, ya que “permite identificar problemas visuales antes de que afecten al desarrollo y bienestar del niño o adolescente”.
La detección precoz es “clave para tratar de manera eficaz la miopía, y evitar que los problemas empeoren con el tiempo. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado permiten frenar el aumento de la miopía, y con ello disminuir los riesgos de padecer enfermedades como glaucoma o desprendimiento de retina en la edad adulta”.
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