El arte de trabajar con las manos se trata de una expresión artística de la que el ser humano tiene el don. Aunque se desconoce cuál fue con exactitud el momento de su inicio, su práctica se remonta siglos atrás. De hecho, ya en la prehistoria se realizaban artefactos de forma manual que todavía hoy día se conservan, teniendo estos un alto valor sentimental por pertenecer a nuestros ancestros y también una gran riqueza económica.
Valores a los que se aferran en la actualidad los artesanos supervivientes del siglo XXI, “guerreros” que luchan contra viento y marea por mantener firme su legado y también por predicarlo, para que sobre todo los jóvenes ‘millennials’ no hagan la vista gorda y conozcan el esfuerzo empleado, en el Día del Trabajador, en cada una de las piezas fabricadas, todas ellas, eso sí, exclusivas.
Uno de esos artesanos pioneros y único experto en este campo a nivel nacional que, además, estos días estará exhibiendo sus creaciones en la Feria de Artesanía expuesta en la plaza de los Bandos hasta el próximo, domingo, 7 de mayo, en Salamanca, es Reza Baharlou, creador de piezas en miniaturas de origen persa, un trabajo cuya técnica tiene su origen en la Ruta de la Seda, “una técnica que tiene más de mil años y consiste en una pintura que se aplica sobre la tibia de dromedario”.
La Ruta de la Seda, según explica este autor, no era solo comercial, también cultural, donde había muchos intercambios de artistas. Una técnica, cuyo origen realmente parte de China, lugar donde se encontraban los mejores miniaturistas, según describe Baharlou, quienes se desplazaron hasta Persia creando una nueva pintura como eran los cuentos de ‘Las mil y una noche’, con leyendas inspiradas en Oriente.
La elaboración de estas miniaturas consta de pigmentos naturales, minerales semipreciosos como el lapislázuli y la turquesa, y vegetales como la cáscara de granada, la henna y el azafrán, que Reza Baharlou, usa en su taller ubicado en el municipio de Mozárbez, para pintar los dibujos relacionados con la Ruta de la Seda, con cuentos o simplemente dibujos geométricos, plasmados principalmente en pequeños joyeros que están hechos de hueso de camello, donde antiguamente se guardaban objetos valiosos.
Con más de 20 años en el oficio, encabezando ya la tercera generación de una saga dedicada en cuerpo y alma a la miniatura artística, este artesano reconoce estar sumergido en un oficio abocado a la “extinción”: “Lo que yo hago son técnicas complicadas que tienes que aprender desde muy pequeño porque son varias técnicas en pintura, y luego está el conocimiento de cómo trabajar el hueso. Es algo que no está valorado porque ahora ya todo es industrial”, ratifica.
Aunque los salmantinos son conocedores de este importante legado de origen persa que ha echado raíces en tierras charras, Baharlou apunta que los más interesados en sus creaciones suelen ser coleccionistas que coleccionan las cajas y los dibujos porque se trata de diseños exclusivos a nivel nacional, que plasman parte de la historia de la Ruta de la Seda, desde Europa hasta Asia, basadas en diferentes relatos de ‘Las mil y una noches’, poetas o nómadas.
Cabe destacar que uno de mayor gusto a la hora de la elaboración por parte de este artista contemporáneo es una caja donde al abrirla las figuras cambian, si en la parte exterior aparece representado un hombre, cuando se abre la tapa hay en su lugar una figura femenina, siendo además esta una de las más llamativas de cara al público.
Todas ellas, obras fruto de un minucioso trabajo elaborado con mano firme, de inmensa belleza y notable valor, merecedor de ser reconocido por los salmantinos en este primer día de mayo, Día del Trabajador, en gratitud a su lucha.
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