Los salmantinos tienen instaurado en su cabeza que, para una emergencia de cualquier tipo, sólo hace falta llamar al 112. Un número creado por la Unión Europea en 1991, que funciona en nuestro país desde 1998 y que evitó tener que aprenderse los diferentes teléfonos a los que había que llamar -como el 062 para la Guardia Civil o el 091 para la Policía Nacional, entre otros- según qué problema tuviésemos.
Y es que actualmente, aunque esos números continúan operativos, lo más sencillo es llamar al Servicio de Emergencias 112 y que sean sus operadores los que, en función de la emergencia a la que nos enfrentemos, deriven el aviso a un organismo o a otro: Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local, Bomberos o Emergencias Sanitarias.
Precisamente, para este tipo de emergencias son las llamadas más habituales al 112, puesto que con datos de 2020, cuatro de cada diez llamadas eran derivadas a la Gerencia de Emergencias Sanitarias. De hecho, Sacyl tiene integrado físicamente, dentro de la sala de operaciones del Servicio de Emergencias Castilla y León 112, su propio Centro Coordinador de Urgencias (CCU).
Desde ahí se atienden, vía telefónica, las demandas de asistencia sanitaria urgente del ciudadano y se movilizan los recursos sanitarios -UVIs móviles, ambulancias de soporte vital básico o helicópteros medicalizados, entre otros- de toda la Comunidad Autónoma.
Unas demandas que en el primer semestre de este año, han bajado en comparación al mismo período de 2020. Tanto en Castilla y León como en Salamanca. ¿El motivo? El gran incremento que se dio en este tipo de avisos en los primeros meses del pasado año con motivo del COVID-19, que provocó incluso que la Sala de Emergencias del 112 colapsase en febrero, tres semanas antes de que llegase el confinamiento.
Así, en los primeros seis meses de este año, las Emergencias Sanitarias de Sacyl han atendido en la provincia charra un total de 19.670 llamadas en demanda de ayuda médica urgente. Pese a que supone una gran cifra, lo cierto es que se ha producido un descenso del 15% en comparación al mismo período del pasado 2020, puesto que entonces el número de llamadas ascendió a 23.313.
Igualmente, esto ha redundado en el número de pacientes atendidos a consecuencia de estas llamas. Entre enero y junio de 2020, durante el inicio y explosión de la pandemia del coronavirus, en la provincia charra se destinaron recursos sanitarios para atender a 23.085 personas; en cambio, durante el primer semestre del presente año está cifra descendió hasta los 18.474 pacientes, un 20% menos que hace un año, lo que supone 769 salmantinos menos de media mensual.
En Castilla y León descienden las llamadas pidiendo atención médica un 11%
La Gerencia de Emergencias Sanitarias de la Junta de Castilla y León atendió en el primer semestre del año un total de 142.285 llamadas en demanda de ayuda médica urgente, un 11% menos que en el mismo periodo del año pasado, en el que, a causa de la primera ola pandémica, se registraron 160.027 llamadas.
Esto supuso la atención directa a 131.262 personas (156.729 el año 2020), gracias a la movilización permanente de los más de 1.500 profesionales que trabajan en este servicio esencial y de los 163 vehículos que la Consejería de Sanidad destina a la cobertura de emergencias.
Las 142.285 llamadas gestionadas por Sacyl en toda la comunidad supusieron la movilización de 148.868 recursos sanitarios, como ambulancias o helicópteros medicalizados, para darles una solución especializada. La cifra de recursos empleados es siempre superior a la del número de llamadas realizadas, lo que se debe a que, en ocasiones, la resolución de un incidente requiere de la participación de varios de ellos.
Gracias a la intervención de estos recursos públicos asistenciales pudieron ser atendidas un total de 131.262 personas, de las que 8.620 lo fueron en la provincia de Ávila, 19.669 en la de Burgos, 23.363 en León, 9.106 en Palencia, 18.474 en Salamanca, 7.199 en Segovia, 4.469 Soria, 30.913 en Valladolid y 9.449 en la provincia de Zamora.
La media diaria de llamadas por demanda asistencial al Centro Coordinador de Urgencias (CCU) ascendió a 32 en el primer semestre (por cada 100.000 habitantes), de las que un 83% necesitó la movilización de algún tipo de recurso. Como dato curioso, un 81% de esas llamadas se realizaron en horario diurno, y un 16% se solucionaron con un consejo telefónico, sin necesidad de movilizar recursos.
Un 70% de estas llamadas gestionadas por la Consejería de Sanidad procedían del propio paciente o de un familiar, mientras que los profesionales de Atención Primaria realizaron un 22% (el resto de llamadas son de testigos o de personas del entorno del suceso).
Los traumatismos, la principal causa de las emergencias
Otro dato que refleja la actividad del servicio sanitario es la atención a los heridos en accidentes de tráfico. Las carreteras generaron, en los primeros seis meses del año, un total de 2.070 intervenciones por parte de los profesionales de emergencias sanitarias, que supusieron el 1,66% sobre el total de avisos atendidos por el CCU.
La causa más frecuente entre todas las llamadas registradas en el Centro Coordinador de Urgencias fue, en el periodo considerado, los traumatismos, con un 19% del total. Los ciudadanos llamaron también, en un 12% de las ocasiones, por enfermedades infecciosas o parasitarias, y en un 11% por problemas de salud relacionados con el aparato nervioso y órganos sensoriales. También se recibieron peticiones de ayuda relacionadas con enfermedades del aparato circulatorio (10,7%), trastornos mentales (6,7%) o del aparato circulatorio (6,8%).
Los recursos de los que dispone en estos momentos la Gerencia de Emergencias de Castilla y León para la atención directa de pacientes son los siguientes: el Centro Coordinador de Urgencias, 23 ambulancias de soporte vital avanzado (conocidas como UMEs), 17 unidades para traslados entre hospitales, 3 helicópteros medicalizados y 117 ambulancias de soporte vital básico.
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