“No se puede hacer nada para mejorar la sanidad pública”, una frase que hizo que diferentes instituciones públicas muevan piezas para demostrar que, lógicamente, siempre se puede seguir mejorando en pro de tener una sanidad de calidad, para todos, y reforzando los tiempos de consulta para que sean totalmente efectivas.
Ante esto, la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública, presentó en 2024 una primera propuesta para mejorar las urgencias de atención primaria, primer escalón para evitar colapsos y atender todas las necesidades de los pacientes. Y es que, como han explicado, los cupos en las zonas urbanas y periurbanas están sobrecargados, lo que ha hecho que en las zonas rurales no existan médicos de sobra.
Actualmente, existen casi 300.000 tarjetas sanitarias con 322 médicos, un ratio de uno por 929 personas. Ante esto, cabe destacar que algunas zonas tienen un 38 por ciento de los médicos atendiendo a 1.300 personas, mientras que en otras, habría uno para cada 600 personas. Una distribución desigual que pone en jaque la calidad asistencial.
Con los datos sobre la mesa, 107 médicos tienen 600 personas por cada uno, atendiendo en zonas rurales al 13,99 por ciento de la población, mientras que en zonas urbanas asisten al más del 50 por ciento. Un cambio radical entre diferentes lugares que, en ciertas ocasiones, hace comprensible que se saturen los centros de salud.
De este modo y con este estudio, se aborda una gran problemática que quieren evitar desde la plataforma: “No achacar el problema a la falta de médicos, sino a que no hay una reestructuración adecuada”. Asimismo, han destacado un hecho muy importante, y es que “tenemos a los mejores médicos de familia en España, pero se está dejando y mucho la sanidad pública”.
La propuesta que se hace desde la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública es clara, un llamamiento a la Consejería de Sanidad para “abordar este tema de forma seria y responsable, sin poner en riesgo la calidad y la seguridad de atención al paciente llegando a consensos con la propia población y los profesionales”.
Por otro lado, una asistencia de calidad pasa por conocer al paciente por su nombre y apellidos, y no por simples números, ya que “hacer un seguimiento en vida de esa persona evitaría que la mortalidad aumentase. Los estudios hablan por sí solos, si un médico te atiende durante 15 años, se reduce un 25 por ciento el riesgo de muerte”.
Por último, y de cara al propio paciente: “El tiempo es una parte, pero la relación con la persona a veces es mucho más importante porque acabas conociendo su cuadro médico”. Para concluir, el mensaje es muy claro: “Parece que a veces la atención primaria está atendida por intereses políticos y personales deteriorando la sanidad”.
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