“Estamos en un momento crucial donde nos planteamos cómo seguir adelante económicamente”. De este modo ha comenzado la ‘llamada de auxilio’ de Queti Luciano, presidenta del Comedor de los Pobres de Salamanca, ante la situación económica crítica en la que se encuentra la asociación. Para enfrentar esta gran falta de donaciones y de alimentos, han organizado una campaña con el lema ‘SER’, respondiendo a las iniciales de ‘sostener, empujar y rescatar’.
El Comedor de los Pobres facilita la comida diaria a más de 200 familias en Salamanca y acoge en sus instalaciones a cerca de 30 personas sintecho para que tengan un lugar donde comer. Así mismo, atienden a niños de padres sin recursos para que realicen sus tareas escolares apoyados por profesores voluntarios. Todo ello, afrontando la subida en los precios de la electricidad y de los alimentos actual.
“Cada vez se incrementan más los gastos y disminuyen más los ingresos”, explicaba Queti. En la pandemia, la generosidad de los vecinos de Salamanca fue destacable y tanto el Comedor de los Pobres como el resto de organizaciones recogieron numerosos kilos de alimentos y recibieron muchas donaciones. El problema surge ahora, cuando todos esos recursos se van terminando y ya no hay tantas donaciones, también teniendo en cuenta “que a la gente cada vez le cuesta más llegar a fin de mes”.
Entre otras cosas, la leche, el cacao y el aceite son productos que se encuentran bajo mínimos. De hecho, Queti ha destacado que los seis litros de leche que había en el Comedor de los Pobres en el momento de presentación de la campaña eran los últimos de los que disponían.
Campaña SER
La campaña que organiza el Comedor de los Pobres para recaudar alimentos y fondos consta de más de tres líneas de acción. Juan Carlos Prieto, educador social y voluntario y Alicia Sánchez, educadora y coordinadora como voluntaria, se han encargado de presentarlas.
En primer lugar, se pide colaboración para comprar hornazo para que los más necesitados puedan comer este tradicional alimento el Lunes de Aguas, que este año coindice con el 25 de abril. A pesar de que varias confiterías de la ciudad donarán varios hornazos, todos aquellos vecinos que quieran colaborar, podrán donar 10 euros para que el Comedor de los Pobres puedan comprar los suficientes.
Otra de las actividades organizadas es el Rastrillo de los Pobres, que tradicionalmente se organiza en diciembre pero, ante la necesidad actual, se instalará en la plaza de San Boal el próximo 7 y 8 de mayo, de 12 a 15 horas y de 18 a 22 horas.
Por su parte, el 3 de junio se instalarán más de diez mesas en diferentes lugares de la ciudad para pedir colaboración a los ciudadanos.