Expectación e ilusión. Son las dos emociones que han reinado en la tarde de este Jueves Santo ante las puertas de la Catedral de Salamanca. No era para menos. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Vía Crucis llevaba dos años sin recorrer las calles del centro de la ciudad debido a la suspensión del pasado 2024 a causa de la lluvia. Las lágrimas de tristeza de entonces han sido sustituidas por el sobrecogimiento de asistir a una de las procesiones más especiales de la Semana Santa local.
La imagen de Nuestro Padre Jesús del Vía Crucis ha atravesado puntual la puerta del Obispo de la Catedral para poner rumbo al hospital de la Santísima Trinidad. Allí se ha vivido uno de los momentos más emotivos de la procesión, ya que el paso ha accedido al interior del sanatorio para realizar la estación de penitencia y llevar la fe y la Semana Santa salmantina a los enfermos allí ingresados.
La procesión ha continuado hacia el atrio de la parroquia San Juan de la Mata, sede canónica de la cofradía. A lo largo de la misma, los más observadores y detallistas han podido apreciar las novedades ya anunciadas en 2024: la salida de la cruz pintada, portada por cuatro hermanos, y la adaptación del paso de Nuestro Padre Jesús del Vía Crucis para que vayan diez personas debajo de él. Ambas innovaciones han sido posibles gracias al aumento de miembros de la hermandad, que ha incorporado a veintitrés fieles en el último año.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios