I​nformadoras Covid-19: así trabaja el nuevo equipo del Hospital de Salamanca plenamente dedicado a los pacientes y sus familias

Dos de ellas detallan a SALAMANCA24HORAS en qué consiste su nueva labor, que se ha convertido en fundamental para las partes implicadas

 Grupo informadoras
Grupo informadoras

Desde el mes de octubre, el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca cuenta, de forma temporal, con un nuevo grupo especializado de Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAES). Su labor se centra en la atención a pacientes con coronavirus ingresados en planta y en facilitar la relación con sus familiares. Diez “informadoras Covid-19” que, todos los días de la semana, se ocupan de una parte fundamental en el bienestar de los enfermos afectados por la pandemia.

La Dirección de Enfermería del Hospital decidió crear esta figura para hacer más fácil la comunicación entre los pacientes con coronavirus y sus familias. Seis de estas informadoras trabajan en cada una de las plantas Covid del Clínico, tres lo hacen en el servicio de Urgencias y una más desarrolla su labor en el Hospital de Los Montalvos.

Estas auxiliares de enfermería también permiten la entrega de enseres a los pacientes Covid por parte de sus familias, facilitan el flujo de trabajo con médicos y enfermeros y, además, participan en los procesos de necesidad de acompañamiento cuando algún paciente se encuentra en una situación crítica.


En primera persona

María Lourdes y María del Carmen son dos de ellas y han explicado a SALAMANCA24HORAS en qué consiste su nueva labor en el complejo hospitalario de Salamanca.

“Trabajamos de lunes a domingo y pretendemos que los pacientes estén lo mejor posible. Nuestros cuidados no son físicos pero sí emocionales. Es una manera de humanizar un poco más, si cabe, el trabajo de planta”, han apuntado. Cada mañana, las informadoras contactan con las familias de los enfermos con coronavirus ingresados para contarles cómo han pasado la noche. No se trata de información médica, pero este contacto es muy bien recibido por los familiares, que también expresan a las auxiliares de enfermería sus dudas, miedos o inquietudes.

La gestión de justificantes, el trámite de pruebas radiológicas o la entrega de pertenencias a los pacientes también es parte del trabajo de este grupo especial. “Pasamos cada mañana, habitación por habitación, para ver de primera mano cómo están los pacientes. Hacemos llamadas y vídeollamadas con la familia siempre que se pueda, escuchamos a los familiares y para ellos es un alivio saber que estamos pendientes, porque también sufren y lo pasan mal”, han asegurado.

Lourdes y Carmen1


Durante los momentos más duros

Uno de los puntos más sensibles dentro de la labor de estas TCAE se produce cuando los pacientes con Covid-19 empeoran hasta llegar a un estado crítico. En estos casos, las informadoras realizan las gestiones necesarias para que las familias puedan dar el último adiós al paciente antes de que fallezca. 

Para ello, es necesario un permiso médico o del supervisor de planta y se facilita todo el material de protección para que pueda producirse el contacto. “Sabemos que son momentos muy duros y la familia también requiere nuestro apoyo emocional. En ocasiones, pasa de manera imprevista y no es posible pero, cuando se sabe o se prevé, se hace todo lo que está en nestras manos para que puedan estar con la familia en sus últimos momentos”.

La mayoría de los pacientes les piden lo mismo: “Quieren saber cómo están los suyos, pese a que los enfermos son ellos. Cuando les hablas del familiar por su nombre, detectan que estás realmente en contacto con ellos y eso les tranquiliza. Saben que te tienen cerca”, han detallado María Lourdes y María del Carmen.


La recompensa

Al principio, las informadoras recibieron su nueva responsabilidad con incertidumbre, pero ahora están “contentísimas de haberlo aceptado”. “Está siendo un reto muy importante, pero estamos muy felices y agradecidas de que hayan contado con nosotras para asumirlo. Volveríamos a aceptar sin dudarlo”.

El agradecimiento que obtienen por las partes implicadas sirve como recompensa a su trabajo, del que extraen una conclusión: “Somos muy vulnerables, existe el miedo y tenemos que humanizar el trabajo un poco más. Hay que tener empatía, hay muchos problemas en las familias y mañana podemos ser nosotros los que estemos como pacientes y debemos tratar como nos gustaría que nos tratasen. Cada paciente y cada historia es única y hay que dejar claro que no son números. Son Jesús, Neme, Carmen, Marcial… Hay que rendir un homenaje a los que no pudieron superarlo a pesar de haber hecho todo lo posible”.

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