A partir de mediados del siglo I a.C., los romanos convirtieron a Salamanca (Salmantica por entonces) en una poblada civitas, así como en un estratégico enclave dentro del trazado de la Vía de la Plata. El emperador Marco Ulpio Trajano fue parte responsable de esa importancia adquirida por la ciudad al contribuir a la construcción de la famosa calzada. Municipios como Béjar o Guijuelo lo siguen recordando cada año, así como los miliarios que conserva la capital del Tormes y que son testimonio directo de la impronta en la provincia del que fuera el hombre más poderoso de la Antigua Roma.
Testimonios de la Vía de la Plata
No existen evidencias de que Trajano visitara la provincia charra, pero sí de su contribución a la misma gracias a los testimonios relacionados con la Vía de la Plata. “Tenemos cerca de una decena de miliarios, inscripciones monumentales que se ponían a lo largo de las calzadas romanas cada mil pasos para indicar el kilometraje. Algunos todavía se conservan. En Puerto de Béjar hay un par de ellos. También en Peromingo. Otros, sin embargo, los conocimos únicamente por fuentes del siglo XVI o XVII. Sabemos que existían, pero, a día de hoy, se han perdido y no sabemos dónde están”, señala Enrique Paredes, profesor adscrito al Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca y al Grupo de Investigación de la USAL.
La zona de Baños de Montemayor en adelante, hacia los términos municipales de Puerto de Béjar, Calzada de Béjar, Peromingo y Guijuelo, es la segunda que más testimonios conserva de toda la Vía de la Plata (tan solo es superada por otra ubicada en Cáceres). "Todavía hoy, casi 2.000 años después, podemos caminar por la calzada y de vez en cuando nos encontramos con un miliario hincado a un lado. En algunos casos, la inscripción apenas se puede leer, mientras que en otros se aprecia perfectamente el nombre de Trajano y la milla que marcaba cada una de estas piedras".
El emperador promovió muchas restauraciones en distintos tramos de la famosa calzada, pero, como ya hemos indicado, no existe constancia de que la visitase personalmente. El que sí pudo hacerlo fue su sucesor y sobrino segundo por línea materna, Adriano. "Viajaba por todo el Imperio Romano, incluida Hispania. Estuvo en Tarraco (Tarragona) y en Legio (León). Desde ahí pudo seguir bajando por la Vía de la Plata y pasar por Salamanca hasta llegar a Cádiz y, posteriormente, al norte de África. También se colocaron varios miliarios de él", continúa diciendo Enrique Paredes.
Vía de la Plata aparte, y en plena capital, en la iglesia de San Benito, al lado de la calle Compañía, había otra inscripción de gran tamaño de Trajano, según un traductor italiano del siglo XVI que viajó por Salamanca en el séquito de Carlos V. "Nunca nadie más volvió a ver ese miliario. Aún así, si cualquiera de nosotros vamos al citado templo, en la misma puerta, vemos que hay una columna moderna. Su parte inferior podría ser parte de esa inscripción. Evidentemente, no se conserva nada de texto, pero, por las características que presenta, quizá se pueda relacionar con el emperador", destaca el profesor de la USAL.
El Puente Romano de Salamanca, ¿obra del emperador hispano?
Durante años ha existido la creencia de que Trajano había sido el constructor del Puente Romano de Salamanca debido a las teorías difundidas por personalidades como Gil González Dávila. Hoy en día, “parece que la arqueología nos dice que el monumento se erigió unas décadas antes (en el siglo I), aunque tras la gran inundación del siglo XVII está muy reconstruido y dificulta la tarea de distinguir qué parte de la fábrica es original y cuál es reconstruida o añadidura de la época moderna. En este sentido, nos deja un poco huérfanos de información”, señala Enrique Paredes.
El césar sí que fue artífice de la mejora de un tramo del camino cerca del actual monumento. “Se relacionó la construcción del propio puente con una de las reparaciones de la calzada que se hizo en la época de Trajano. Como el viaducto era por el cual cruzaba la Vía de la Plata hacia el norte y entraba ya en la propia Salamanca, se hizo la parte por el todo y se atribuyó su origen al emperador”, añade el investigador de la Universidad. También porque en la zona había un miliario de Marco Ulpio con su nombre, descripción y titulatura.
El Puente Romano de Salamanca no es el único monumento cuya construcción se ha atribuido erróneamente a Marco Ulpio Trajano. Enrique Paredes lo explica de la siguiente manera: "Su fama como el mejor de los emperadores le vino en vida con el título de 'optimus princeps' (príncipe perfecto), otorgado por el Senado. Esta visión benévola se mantiene en nuestros días y es conocido en Roma por su amplísima actividad constructiva, lo que también se ha trasladado a las provincias".
"Se ha pensado, por ejemplo, que el puente de Alcántara, en Extremadura, era obra suya, aunque hace ya unos años un profesor de la USAL argumentó en un estudio que probablemente se edificara unas décadas antes. Lo mismo se ha planteado con el acueducto de Segovia y muchas otras ruinas, como el arco de Trajano (Mérida), que los eruditos de los siglos XVI o XVII atribuían sin más al emperador por su fama", añade.
Homenajes anuales a Trajano en Béjar y Guijuelo
El pasado mes de octubre, decenas de senderitas participaron en la IX edición de la Ruta del Emperador Trajano, que parte desde Hervás a Béjar, pasando por Baños de Montemayor. El itinerario de 26 kilómetros busca conmemorar una fecha simbólica para los municipios por los que atraviesa este histórico y atractivo itinerario: el nacimiento de Marco Ulpio. Guijuelo es otra de las localidades salmantinas que recuerda ese día con propuestas de temática romana. Ambos son ejemplos de hasta dónde llega la influencia del que es considerado por muchos como el mejor emperador de la historia.