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El impresionante cuadro de Varillas que nació como un proyecto para clase y que se ha hecho viral: “La idea era que la obra te envolviese y te hiciese sentir como allí”

Mario Valle es un alumno de tercer curso de Bellas Artes en la USAL. Su obra Agnus Dei ha calado en toda la sociedad salmantina, especialmente entre los jóvenes, por sus impresionantes detalles

Mario junto a su obra, 'Agnus Dei'

Mario Valle inició a finales de octubre un proyecto para clase. Este salmantino, alumno de la Facultad de Bellas Artes de la USAL, decidió crear Agnus Dei (Cordero de Dios), una obra en la que pretendía plasmar la animalización de las personas. Para ello, decidió basarse en uno de los lugares más terrenales y variopintos que conocía: la calle Varillas.

Cuatro meses después, el pasado fin de semana, el cuadro, de 2x3 metros, estaba terminado. Por ello, Mario decidió subirlo a sus redes sociales. Y lo que menos esperaba es que, en cuestión de horas, la obra estuviera protagonizando las stories de Instagram de la gran mayoría de juventud salmantina.

El joven artista atiende a SALAMANCA24HORAS sin todavía salir de su asombro. “Llevo meses encerrado, pintando, y aunque iban amigos y familiares a ver el cuadro y me decían que les gustaba, pues yo era bastante crítico, aunque poco a poco me iba convenciendo. Pero no me esperaba para nada que tuviera esta repercusión al publicarlo”, reconoce.

'Agnus Dei', la obra de Mario Valle

Mario sí que confiaba en tener cierto éxito entre sus amigos y sus seguidores, como había ocurrido con anteriores obras como Huella o El nido vacío, que forman parte del mismo dossier. “Pero en cuestión de minutos, llegaban los likes, las reacciones de la gente… Una amiga mía, además, lo compartió en Twitter, y ahí reventó”, explica el joven, quien resalta que él se queda “no con que es un cuadro bonito que le gusta a la gente, sino las pequeñas críticas que señalaban que la obra les transportaba al lugar”.

Porque precisamente ese era su objetivo final. “La idea era que, al ponerte delante, la obra te envolviese y te hiciera sentir como que estás en la calle Varillas. Por ello era muy importante la perspectiva, el punto de fuga, el dinamismo, las dimensiones…”, explica, añadiendo que “casi nadie lo ha visto en persona y ya les ha gustado. La impresión puede ser aún mayor cuando estén delante”.

Los detalles, una de las grandes características de Agnus Dei

Agnus Dei es el protagonista de un “proyecto pictórico” en el que Mario empezó a trabajar hace unos meses. En el mismo quiere reflejar la animalización de las personas, tal y como relata, en el sentido de la sociedad y el individuo como animal. “Esa parte de animal que todos tenemos y que rechazamos, aunque es evidente que biológicamente somos animales”, recalca.

Este proyecto lo empezó “con muchas ganas”, ya que le iba a permitir trabajar en grandes formatos. “Son cosas más serias, quería que fueran un reto, ya que nunca había hecho cuadros así”, cuenta Mario. Su primera idea fue que el protagonista del dossier sea “el instinto que llevamos dentro” y, para ello, decidió reflejarlo a través de animales de los que la sociedad tiene una idea y que, además, cuentan con una “carga simbólica”. En este caso, “la sociedad es el rebaño y el instinto, el pastor”.

De hecho, al querer reflejar la sociedad como rebaño, tuvo que pensar en el lugar más diverso, donde pudiera encontrar en un mismo punto a todo tipo de tribus urbanas e ideologías. Y rápido dio con el punto exacto: la calle Consuelo, entre Varillas y San Justo, puede que una de las zonas más míticas de fiesta de Salamanca.

Pero la idea no quedaba ahí. “He ido jugando con todos los elementos para que, sin ser real, lo pareciera”, afirma. Así, al pintar, buscaba que el espectador de la obra sintiera estar allí, “que al ver el cuadro sintieran que estaban andando, separando a la gente, siendo parte de muchísimos núcleos y conversaciones…”.

Y para eso, precisaba de una obra con todo lujo de detalles. Lo primero, dar a cada persona el aspecto de ovejas. Lo segundo, que cada uno de esos corderos llevase una estética diferente, porque “todos hemos estado en esa calle, así que te tienes que sentir identificado con una de esas figuras. Pero todos estamos en el mismo saco, todos somos como borregos”.

La suciedad y el alcohol representan la degeneración y algunos de los vicios de la sociedad

Una de las cosas que más destaca de Agnus Dei son los detalles. “No le falta ninguno”, explica Mario, apuntando que hay desde algunos con menos carga simbólica pero que evocan directamente a la calle Consuelo, como pueden ser los litros, la basura, los cristales rotos…; y otros que “en menor o mayor medida se vinculan con el título y que quieren evocar al vicio y al pecado”.

Es más, los siete Pecados Capitales están representados: hay cinco euros tirados en el suelo, que son la avaricia; un durum casi entero también en el suelo, que es la gula; un envoltorio de un preservativo, que simboliza la lujuria; una ‘persona’ mirándose en el espejo, que es la soberbia… A estos pecados se le añaden otros detalles, como el alcohol, las drogas o el tabaco, que son “vicios que no desentonan en esa calle, donde sabes lo que te puedes encontrar”. Y lo que es más importante, que “da igual quien lo haga, porque no es que veas los objetos y pienses en alguien. Es que pueden ser de cualquiera. Es el vicio y el caos”.

Un durum tirado en el suelo, que representa la gula, y cinco euros, que son la avaricia

Los protagonistas del cuadro son cinco individuos que tienen una discusión política, que tantas veces se ha vivido en esa zona “y donde la gente, que por la fiesta no es tan coherente como debería, desvaría. Sólo preocupa quedar mejor que el otro, no se escucha, no es un debate, se trata de dar voces. Y cuando hacemos eso, no somos más que borregos. Ahí se centra el punto y el mensaje de la obra”. Esas cinco figuras centrales, además, tienen personalidades diferentes a la hora de vestir y a la hora de expresar sus emociones.

Reflejo de las conductas animales en los humanos como crítica para motivar

Mario no tuvo problema en recrear en su mente la calle Consuelo, porque la conoce de sobra. Sí que reconoce que en una situación sin COVID-19, hubiera sido más fácil pintar la obra, porque “si te sumerges en el entorno, el ambiente, tomas apuntes y haces fotos…”. Pero también pensó el cuadro como un reto, por lo que hizo uso de su memoria y paseó un par de días en la zona para fijarse en todos los detalles que pudo.

Por supuesto, eso sí, la escena está versionada a su favor, como también admite. “He utilizado a algún amigo de modelo, he añadido objetos y basura… todo con el ánimo de darle realismo a la imagen”. Algo que logró porque la gente destacaba la sinestesia de la obra. A Mario le han llegado a decir que pueden escuchar la música, de lo que habla la gente, los cristales rotos, notar el olor característico de la calle… “Estas críticas y comentarios son las mayores recompensas que uno puede tener”, asegura.

Con este trabajo, tal y como se ha comentado, el artista charro buscaba reflejar las conductas animales en los humanos. Esa animalización de las personas que pretende realizar una pequeña crítica para motivar a las personas, porque existe un rechazo hacia lo animal cuando “ellos tienen una conducta menos dañina para el mundo”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

El nido vacío, obra en vídeo de Mario Valle


Precisamente, Mario cree que una educación medioambiental es necesaria, y que el arte puede ser el vehículo para la misma. “Me parece un medio potente para intentar educar en ambas ramas, la artística y la medioambiental”, opina, antes de añadir que también debería mejorarse la educación artística entre los jóvenes “para que no se piense que no es algo productivo ni sea pesado a la hora de explicar, sino que se logre una sensibilización”.

Como detalle, Mario presentó la obra inacabada (aunque afirma que, si por él fuera, añadiría más detalles todavía, pero “hay que saber cuándo parar”), pero los profesores “sabían el trabajo y las ideas que había detrás, así como la complejidad, y la valoraron bien”.

“Hacía mucho que un cuadro no se hacía viral”

Mario está muy agradecido a toda la gente que ha dedicado unos minutos de su tiempo a compartir su obra o a dejarle algún comentario. Así como intentar responder a todos, lo que verdaderamente valora es que las personas “han disfrutado” el cuadro. También reconoce que ha sido una grata sorpresa que un cuadro se haga viral, porque, “hacía mucho que no veía eso”.

Un aspecto que destaca, así como el hecho de que la sociedad salmantina haya apreciado un cuadro “que he hecho yo, salmantino, sobre la vida en Salamanca”. Una obra que fue un auténtico reto porque “nunca había tenido que investigar y componer por mí mismo, como si fuera un cuadro del Renacimiento, salvando las distancias, claro”.

Por el momento, Agnus Dei no se puede ver, ya que está en manos de un jurado de un concurso. De salir entre las premiadas, el cuadro se expondrá en una sala de la ciudad. Pero de no hacerlo, Mario dará el paso porque “es mucha gente la que me lo está pidiendo. Me llaman y me dicen que dónde pueden ir a verla. Ojalá pronto encuentre un buen sitio donde además pueda explicar e interaccionar con los presentes”.

Huella, otra obra de Mario, refleja el peso del instinto en la personalidad

Todos los interesados en conocer la obra de Mario pueden visitar sus perfiles de Instagram y Twitter.

Comentarios
LoL Hace 3 años (28/02/2021 13:00)
Os llama borregos y le aplaudis? Jaja
Padre Boniato Hace 3 años (27/02/2021 23:28)
Genial. Enhorabuena al artista. He disfrutado una barbaridad con su contemplación. Gracias.
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