"La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran", decía el escritor francés Paul Valéry. La de Siria comenzó en 2011 y ha reducido ciudades a escombros y causado la muerte de más de 200.000 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que atribuye la responsabilidad del 87% de esos asesinatos al Gobierno del país y a las milicias iraníes. Trece años después, la esperanza comienza a brotar de las ruinas con la caída de Bashar al-Ásad.
"Todo el mundo está muy contento tras derrocar al gobierno. La gente está animada y ha empezado a salir calle para limpiar escombros", mantiene Yolanda Ghaloul. "Por fin tenemos libertad. Llevamos desde el 2011 luchando por eso y lograrlo... parece un sueño", añade Abdulhadi Alkhamees. Ambos son sirios que se vieron obligados a huir del horror por supervivencia y a asentarse en una ciudad segura como la capital del Tormes. Salamanca24horas ha hablado con ellos para conocer su historia y cómo viven la situación actual de su país.
Huyendo del horror
Durante el primer año del conflicto, Yolanda Ghaloul se vio obligada a salir del país junto a sus progenitores, hermano y dos hijas. Huyeron a Dubai y, posteriormente, a España, lugar de origen de su madre. "El Gobierno de Siria perseguía a mi padre por ayudar a los rebeldes y tuvimos que huir", relata. Cirujano traumatólogo de profesión, aunque estuviera a kilómetros de distancia siguió guiando por videollamada a los médicos en prácticas: "Les decía cómo tenían que operar". Otros familiares no tuvieron la oportunidad de salvar sus vidas: "No sabemos nada de algunos primos. Han desaparecido. Uno de ellos iba al trabajo y, en el camino, lo cogieron y lo llevaron a algún sitio. No regresó nunca a casa".
Abdulhadi Alkhamees resistió en su país hasta 2015. Salió en solitario, dejando atrás a sus padres y hermanos. Estos huyeron a su vez de la capital, Damasco, a Ar Raqqah, en el norte. "Pensaron que podrían estar mejor allí, pero les han tratado muy mal", lamenta. La última vez que contactó con ellos fue el pasado fin de semana, tras conocerse la caída de Bashar al-Ásad. "Me comentaron que van a cortar interntet. No he vuelto a hablar con nadie. Solo con mi hermano, que está estudiando en Egipto", señala.
'La nueva Siria'
La caída de Bashar al-Ásad ha generado mucha ilusión entre los sirios, pero también "mucha incertidumbre", como reconoce Abdulhadi. Queda por ver cómo se configura 'la nueva Siria' y el papel que adquiere Mohamed Al Golani, líder del movimiento islamista que ha derrocado al hasta ahora presidente. Hay a quien le asusta su pasada lealtad a Al Qaeda, aunque, en una entrevista a BBC, el dirigente de Hayat Tahrir al Sham ha asegurado que "habrá un diálogo para garantizar que todo el mundo esté representado" y que su país "no será como Afganistán".
"No van a permitir que pase como en Afganistán -reitera Yolanda-. Estoy segura de que el pueblo no consentirá ningún gobierno radical. Siempre hemos vivido en armonía todas las religiones". Por ello, espera que los próximos líderes de su país natal respeten a sus compatriotas y que puedan tener una democracia después de tanto tiempo. "Ojalá sea así, pero no sabemos cómo será. Aún es pronto", añade Abdulhadi.
También está por ver la influencia de otros países. "Hay un acuerdo entre Rusia, Turquia e Irán para controlar el norte del país", por lo que va a ser "difícil" mantenerlos al margen del nuevo estado. "Si el pueblo lucha... no creo que se deje gobernar otra vez por quien no defienda la libertad", señala nuevamente la vecina de Salamanca, que teme por igual los bombardeos de Israel: "Ha habido algunos muy fuertes en Damasco. Amigas mías pensaban que iban a morir. No han pasado por algo así en tres años". "Siria es para los sirios, no para los demás", mantiene su compatriota.
Volver a Siria
Tanto Yolanda como Abdulhadi sueñan con regresar a su país, aunque sea de visita. Ella mantiene que, "si las cosas están bien", retornará con su familia en la época estival. "Volver a vivir allí va a ser un poco complicado. Tenemos a nuestros hijos en Salamanca". Él, por su parte, afirma que le gustaría hacer una escapada "cuanto antes", aunque está muy agusto en nuestra ciudad.
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