Las calles de Salamanca vuelven a estar inundadas de terrazas tras la respertura de bares y restaurantes este viernes, 4 de diciembre. Tras casi un mes con las barras vacías de pinchos y frigoríficos apagados para la mayoría de ellos - algunos optaron por el servicio "take away" - , los hosteleros salmatinos han vuelto a encender las luces y la ilusión en sus establecimientos.
La calle Van Dyck deja los laterales, de nuevo, a disposición de los bares de la zona, quienes han optado por instalar estufas en las terrazas para poder proteger a los clientes del frío. Juan Carlos Martín, dueño del bar Van Dyck 50, ha compartido las primeras impresiones de la reapertura haciendo referencia a las restricciones tomadas por la Junta de Castilla y León "estamos ilusionados aunque nos quitan un poco a poco esa ilusión al no tener estabilidad "ahora abrís, ahora cerráis"". Aunque manteniendo el entusiasmo por la llegada de clientes, tiene "miedo de que la gente se desmadre un poco y vuelvan a cargar las culpas contra nosotros, que parecemos los malditos de la sociedad".
Por su parte, Montse, la camarera del bar 21, siente que los responsables de los bares se han convertido en "policías escolares que recuerdan constantemente que hay que cumplir las normas a los clientes a pesar de que todo el mundo las sabe".
Las diferentes manifestaciones de hosteleros frente a las medidas de la Junta de Castilla y León han despertado sentimientos de todo tipo, recibiendo estos profesionales un "ataque" continuo por parte de algunas personas. En referencia a ello, Kiko, dueño del bar Ito's recuerda que "pagan justos por pecadores", ya que debido a que algunos no cumplen con las normas de higiene recomendadas por las autoridades se "mancha" la imagen de todos. Además, el mismo ha hecho referencia a lo anteriormente mencionado por el dueño del bar 50 y reclama un "plan específico para el tema de los cierres", ya que "te cierran y te cierran, sin ninguna ayuda para pagar el alquiler o los gastos del local".
"Los salmantinos tienen ganas de volver a los bares aunque tienen mucho miedo, y es normal, la mayoría son jubilados y no se atraven a salir", menciona Kiko.
Las bajas temperaturas no incitan, durante este mañana, a sentarse en las terrazas
A pesar de que mesas y sillas están preparadas para recibir a los clientes, las temperaturas de diciembre no son la mejor compañía y, por tanto, las terrazas no han tenido éxito en las primeras horas de esta mañana.