Así se ha vivido la procesión de la Hermandad del Silencio, que se ha impuesto a la lluvia con un "recorrido alternativo"

El paso del Cristo de la Vela y Nuestra Señora del Silencio le ha ganado la batalla al mal tiempo y ha conseguido pasear con solemnidad por las calles salmantinas en este Sábado Santo

La Hermandad del Silencio acorta su recorrido por el temor a la lluvia este Sábado Santo en Salamanca

La procesión de la Hermandad del Silencio siempre es la gran protagonista del Sábado Santo en Salamanca y, este año, con aún más motivo tras un Viernes Santo que, lamentablemente, vio suspendidas sus procesiones por culpa de la lluvia. En este caso, el paso del Cristo de la Vela (Anónimo, 1920) y Nuestra Señora del Silencio (Ebnrique, Orejudo, 1990) sí que ha podido salir a la calle, aunque con un "recorrido alternativo".

Tal y como confirmaban desde la hermandad a minutos de que diese comienzo la procesión, se ha tomado la decisión de no cumplir con el recorrido original establecido y se ha optado por "recorrido alternativo" en vista a las nubes presentes en el cielo y a la posibilidad de precipitaciones. Basan su decisión en que "es más importante el patrimonio humano de todos los que estamos aquí y el patrimonio de nuestras imágenes, y salir muchos más años, que quedarnos sin salir".

De esta manera, la solución encontrada ha sido la de procesionar por el barrio, en concreto, hasta la glorieta Brigada Caballería Jarama, junto al parque Villar y Macías (Nicar), para dar la vuelta y regresar al barrio. Cabe señalar también que en algunos puntos del trayecto la lluvia ha hecho acto de presencia y, aún siendo de manera leve, se ha procedido a cubrir las imágenes para evitar su deterioro.

La Hermandad del Silencio acorta su recorrido por el temor a la lluvia este Sábado Santo en Salamanca
La Hermandad del Silencio acorta su recorrido por el temor a la lluvia este Sábado Santo en Salamanca
La Hermandad del Silencio acorta su recorrido por el temor a la lluvia este Sábado Santo en Salamanca

El Cristo de la Vela y Nuestra Señora del Silencio ha salido a las 17:00 horas desde la parroquia de Jesús Obrero, como cada Sábado Santo, para descender por los más de veinte escalones que conducen a la carretera de Ledesma y enfilar la arteria principal de Pizarrales. Florencio Martín, miembro de la Hermandad del Silencio, reonocía previamente a este medio que su procesión posee una aceptación "muy grande" y que "en todo el trayecto hay bastante gente".

Algo que también se ha notado en esta ocasión en la que ni el temor a la lluvia, ni el cambio en el recorrido han mermado dicha participación. Ni tampoco la devoción al paso, que ha estado acompañado de la solemnidad de la banda; este año, además, han sido dos las marchas musicales que han amenizado una velada llena de fe.

Todos los fieles, y amantes de la Semana Santa en general, han podido venerar tanto al Cristo de la Vela como a Nuestra Señora del Silencio, en una procesión que ha desfilado por el barrio de Pizarrales ante los ojos cargados de emoción de quienes admiraban ambos pasos sobre los hombros de los cofrades.

Este Viernes Santo supuso un duro golpe para los salmantinos al ver tantas imágenes permaneciendo en sus templos junto a las lágrimas de impotencia de quienes durante meses trabajaron para sacarlas con orgullo a la calle. Por eso, que la Hermandad del Silencio sí haya podido procesionar sabe aún más victoria, a renovada esperanza.

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