Pese a la multitud de plazas de aparcamiento que se han diseñado en la ciudad, es habitual ver varias plazas de aparcamiento ocupadas por un único coche, suponiendo un perjuicio para los demás conductores de un parking público o privado.
Esta práctica es considerada como una infracción grave ya que incumple el artículo 92 del Reglamento General de Circulación, que recoge que "todo conductor que pare o estacione su vehículo deberá hacerlo de forma que permita la mejor utilización del restante espacio disponible”.
La sanción varía entre los 100 y 200 euros, cantidad a la que se le debe sumar el coste de rescatar el vehículo del depósito, aunque este tipo de multas se benefician del descuento de hasta el 50% por pronto pago.
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