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​Hablan los salmantinos de vacaciones en Italia: cierto ‘miedo’ a ser tratados como “apestados” en su llegada a España

SALAMANCA24HORAS habla con tres charros que se encuentran en distintos puntos de Italia: Milán, Venecia y Roma. Mientras que las dos primeras ciudades se han visto más afectadas por un alarmismo sin fundamento, como recalcan, la capital del país transalpino continúa haciendo vida “completamente normal”

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Ibone, de vacacionesen Milán con su hija: “Tengo miedo de llegar a España y que nos traten como aapestados”

Ibone es profesora en el Departamento de Italiano de laEscuela Oficial de Idiomas. Como cada año, habían organizado un viaje a Italiapara todo el alumnado de italiano de la escuela pero esta vez, en vez de realizarloen Semana Santa, como en otras ocasiones, lo organizaron en Carnaval.

“No había otra posibilidad, y lo tenemos organizado desdenoviembre”, explica la profesora a SALAMANCA24HORAS, detallando que de las 27personas que fueron en un principio a Milán, lugar elegido en esta ocasión,quedan 24. Decidieron marcharse una chica un poco más delicada de salud, quevino acompañada de su madre y su tía por precaución.

Esta profesora no es la primera vez ni que va a Italia ni aMilán. Y no es que se note el miedo que hay en la población de un año paraotro, sino que “se nota del viernes, que llegamos, a este lunes. Ha habido uncambio muy grande”, relata, recordando que incluso el sábado, cuando yacomenzaban a salir las primeras noticias del coronavirus en Italia, “la ciudadestaba plagada”.

Esta excursión no ha cancelado sus viajes durante estosdías. “Fuimos a Navigli -zona de canales de Milán- y estaba lleno de gente.Pero ya el lunes, la ciudad estaba prácticamente vacía”, cuenta Ibone, quien nocree que sea por el coronavirus “sino porque han cerrado cines, museos, eincluso las iglesias están en servicios mínimos”, algo que le ha sorprendidobastante.

Que esté tan vacía Milán lo ve lógico, porque “si a partirde las seis de la tarde cierran algunos bares y locales, y no hay nada queofrecer, ¿qué vas a hacer?”, valora Ibone, quien se vuelve este miércoles porla tarde a España, tal y como tenía previsto. Por el momento, pánico no tiene,y cree que es la prensa española la que está creando ese alarmismo existente.

“Yo tengo a mi padre histérico, y una compañera que está conel marido y las hijas a Venecia a los Carnavales me ha dicho que su familiaestaba llorando por las noticias catastróficas”, apuntaba, asegurando que esasnoticias “no son ciertas”. De hecho, sobre las cuarentenas que se están dandoen algunos pueblos de Italia donde más casos de coronavirus se han dado, Ibonecree que hay “una guerra política entre los gobiernos de la Región y elGobierno central”.


La Piazza del Duomo de Milán sin apenas gente

Además, allí en Milán ya son de sobra conocidas las normasde comportamiento. En las mismas, las mascarillas sólo se recomiendan para losenfermos, pero se han agotado en todas las farmacias de la capital de la moda “porquela gente se las pone”, al igual que el jabón desinfectante. “Pero en algunossitios de España igual, me dice mi padre”, comenta.

Uno de los momentos más tensos fue cuando, el fin de semana,desalojaron el metro en Milano Centrale “porque decían que había una personaenferma”. Eso crea “algo de alarmismo”, considera Ibone, quien no tiene miedode estar allí, sino que lo que teme es “que cuando lleguemos a Madrid, nospongan en cuarentena”, aunque dice que si es lo necesario para no expandir elvirus, lo hará con gusto.

Eso sí, reitera que no hay que temer al coronavirus porquela mortalidad se está centrando “en personas ancianas que tenían algún tipo depatología, como cardiopatías o cáncer muy avanzado”, y refleja que “apenas haycaso ni en niños ni adolescentes”. Es por ello que incide en que no tienenmiedo a “enfermar” si no en “no poder salir si vamos a visitar el lago Como”,donde estuvieron, o que el novio de la lectora de la EOI, que es de Salerno yha ido a visitarlos a Milán, “no pueda volver a su pueblo”.

Ibone también mira el lado bueno, por llamarlo de algúnmodo: “le comentaba a mi hija lo bien que se pasea por las calles así, sinagobios”, aunque sabe que es una pena porque no están disfrutando del viajecomo podrían haberlo hecho en una situación de normalidad.

Sí que está “bastante molesta” por el alarmismo que se hacreado, no en Italia si no en España. Y es que incluso a su hija, por el grupode WhatsApp del instituto, le han llegado a decir que está contagiada. “Es unpoco absurdo lo que se está montando, porque es un virus y los virus pasan. Yhay que educar a la gente para que lo vea así”.

“El hecho de estar en Italia no significa que vayas acontraerlo”, prosigue, sentenciando que su miedo real es “llegar a España y quenos traten como a apestados”.

Carlos, disfrutandode Venecia, aunque precisó de controles para entrar

Por su parte, Carlos se encuentra en Venecia también devacaciones. Unas vacaciones que reservó en el mes de diciembre y que “han idobastante bien aunque han sido un poco raras”, reconoce. El tema del coronavirusllegó a sus oídos el viernes por la noche, escasas horas antes de coger elvuelo. Pero no sólo no dudaron sino que, con una buena dosis de humor, tomójunto a su familia el avión con alegría.

Ya al llegar al aeropuerto de Venecia “comenzaron a torcerselas cosas”, puesto que había unos servicios médicos realizándole controlesrutinarios, como tomarles la temperatura. “Nos pareció un poco extraño pero nonos preocupó”, apunta. Aunque llegó ya con los carnavales suspendidos, Carlosha seguido disfrutando de la ciudad.

Gente con mascarilla en el transporte público

“Hemos visto gente con mascarilla, aunque tampoco mucha, ynosotros no nos hemos preocupado”, indica, ya que por ellos se han preocupadosus familiares, que desde un primer momento recibieron sus llamadaspreguntándoles por su situación porque “estaban escuchando cosas muy serias enla tele”.

Esto les sorprendió bastante porque para ellos, la vida era “totalmentenormal”. De hecho, ya estuvieron el año pasado en Carnaval en Venecia y, aunquela situación no era para nada parecida, tampoco les ha importunado mucho. Dehecho, desde la suspensión de las fiestas, muchísima gente comenzó a marcharse.“Venimos de cenar y los restaurantes estaban vacíos, y esta mañana estuvimos enSan Marco y no había absolutamente nadie”, explica.

San Marco vacío un lunes de Carnaval

Los disfraces también han escaseado por la ciudad, siendootra de las principales diferencias vividas respecto a los pasados carnavales.Carlos cree que esa huida de gente se debe al alarmismo que se ha creado. “Viendola televisión italiana, en todas las cadenas sólo hablaban de coronavirus”,cuenta, y apunta además que es la primera vez que se suspende el Carnaval deVenecia, algo que no ocurrió “ni siquiera cuando hubo una epidemia de peste enel siglo XIV”.

Carlos, al igual que Ibone, cree que este temor y alarmismoes “totalmente innecesario” y, al igual que la salmantina en Milán, recuerdaque los fallecidos eran personas de avanzada edad con patologías severasprevias a las que se les ha agravado la situación. “Pero gente joven no hamuerto nadie, y los que están afectados se están recuperando en sus propiascasas, sin ni siquiera estar afectados”, continúa. 

Apenas hubo gente disfrazada este año

Tampoco han llegado a pasar miedo por enfermar sino poralguna noticia que escuchó de que “se iban a cerrar las fronteras o a cancelartodos los vuelos”. Eso y, como Ibone, otra noticia que escuchó sobre que iban aser aislados una vez llegasen a España. Noticias todas ellas falsas pero quehan provocado inseguridad entre su familia, que les han pedido que volviesencuanto antes “porque piensan que pasan cosas que no son verdad”.

Carlos no sabe por qué se ha creado este temor, pero sí sabeque la economía italiana, no sólo la veneciana, se está viendo muy resentida. “Noentiendo que se está buscando con esta alarma que se ha creado”, finaliza.

Alberto, en Roma y viviendounos días “completamente normales”

Mientras, Alberto, su mujer y sus hijas están en Romaviviendo unos días “completamente normales”. La única diferencia que han notadorespecto a la anterior vez que estuvieron, en 2012, es que “se ve a ciertagente con mascarilla”. Algo que, eso sí, también vieron en Madrid antes dedespegar.

El coronavirus, como no podía ser de otra manera, está enboca de todo el mundo. Pero no pasa más allá de conversaciones, porque en Roma “noestá cundiendo el alarmismo y todo está siendo normal”.

Alberto tenía cerrado el viaje desde hacía un par de meses yestá con su familia desde el domingo por la tarde y también tuvieron que pasarlos controles médicos para certificarse de que no tenían fiebre. “Y desdeentonces no hemos visto ninguna otra medida de seguridad en cuanto a ese tema”,indica. Ni cuando visitaron el Vaticano ni en el Coliseo, donde sigue habiendo “muchísimagente y muchísimas colas”.

Alberto y su familia están viviendounos días normales en Roma

Parece que ese alarmismo que ha inundado el Norte de Italiano ha llegado al centro de la península, si bien Alberto coincide en que no esnecesario porque el coronavirus “tiene una mortalidad del 0,7% en Europa” y,además de los pocos casos, “la gripe común mata más que esta enfermedad”.

No sólo eso, sino que también recuerda algo que pareceolvidado entre la población española: que las personas fallecidas en Italia teníanmuchas complicaciones además de ser ancianas. Pese a ello, eso sí, han decididotomar ciertas precauciones, como lavarse las manos “con más asiduidad de lanormal” y se desinfectan las manos antes de comer, además de tener precauciónde no tocar “ciertos sitios comunes” aunque “no más que otras veces”.

En su familia no se ha instaurado el miedo, como demuestraque viajaron a Italia ya conociendo que el Norte del país estaba viviendoalgunos contagios, pero sabe que es un virus que, con precaución, no le va aimpedir disfrutar de unos estupendos días con su familia.

Comentarios
Es lo que tenemos Hace 4 años (26/02/2020 02:27)
Se dice alegremente que solo acepta a ancianos ,como para no estar preocupados si es lo que tenemos en Salamanca. <br/>2224
anónimo Hace 4 años (26/02/2020 08:29)
Apestados y tiñosos, no volvais <br/>1824
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